El gobierno ha comenzado ya su ofensiva en medios para defender el alza de impuestos. Es lógico y justo. Un gobierno tiene tanto derecho a defender sus iniciativas como los críticos de cuestionarlas.
Uno de los anuncios gubernamentales muestra a un oficinista que le dice a un compañero que no se preocupe por el aumento de impuestos ya que sólo quienes ganan más de 60 mil pesos al mes deberán pagar más. "¿O tú ganas más de 60 mil pesos?", le pregunta entre risas. Otro anuncio presenta a un repartidor de alimentos que afirma que con la Reforma Fiscal pondrá su propio negocio ya que no tendrá que pagar impuestos durante un año.
Preocupa el primer anuncio porque promueve la filosofía de cerrar los ojos a lo que no lo afecta a uno personalmente. No te preocupes si a los demás les suben los impuestos, lo importante es que tú no pagues más. Esta retórica trae a la mente el cuestionamiento de Martin Niemöller a los intelectuales alemanes ante el ascenso de los nazis: "Primero vinieron por los comunistas y no protesté porque no era comunista. Después vinieron por los socialistas y no protesté porque no era socialista. Después vinieron por los sindicalistas y no protesté porque no era sindicalista. Después vinieron por mí y no quedaba nadie para protestar por mí."
Independientemente de esta inquietud ética, muchos mexicanos que ganan menos de 60 mil pesos mensuales terminarán pagando más impuestos. El aumento de 45 por ciento del IVA en las fronteras lo cubrirán todos los residentes de esas zonas. Los punitivos impuestos a refrescos, golosinas, chocolates, cereales y helados, entre otros, los pagarán mexicanos de todas las clases sociales.
Pero más importante que los impuestos que deban pagar o no quienes ganan menos de 60 mil pesos mensuales es el daño que el aumento puede generar a la economía productiva. Claudio X. González Guajardo, presidente del Consejo Mexicano de Hombres de Negocios, ha señalado que los nuevos impuestos hacen hoy más atractiva la inversión en otros países. Varias mineras han señalado que el nuevo gravamen a la minería hará que reencaucen inversiones a otros lugares del mundo. Pedro Borda de la Asociación Mexicana en Dirección de Recursos Humanos (Amedirh) ha señalado que la reducción de las deducciones por prestaciones de 100 a 53 por ciento puede obligar a las empresas a despedir personal. Un trabajador no tiene que pagar más para sufrir las repercusiones de un aumento general de impuestos.
En cuanto al ficticio repartidor de alimentos que piensa que tiene una inédita oportunidad de abrir su negocio, hay que recomendarle precaución. Si bien es verdad que con la eliminación del régimen de pequeños contribuyentes la Secretaría de Hacienda está ofreciendo como anzuelo para la formalización un año de exención fiscal, los antiguos pequeños contribuyentes tendrán ahora que mantener una contabilidad formal, utilizar facturas electrónicas y, después de un año, pagar 30 por ciento de impuesto sobre la renta, más 10 por ciento sobre los dividendos, más otro 10 por ciento de reparto de utilidades a sus trabajadores. Si alguien realmente se anima a abrir un negocio por la reforma, habría que advertirle de los golpes que le esperan. De hecho, la Profeco debería poner sellos de clausura en las oficinas de Hacienda por publicidad engañosa.
No dudo que la Reforma Fiscal tenga algunos beneficios, pero en términos generales se trata de una reforma simplemente recaudatoria que, junto a un incremento brutal en el déficit de gasto, será un golpe para la economía y en poco ayudará al país o a quienes menos tienen. Los mexicanos tendremos que esperar otro sexenio por un gobernante que realmente se atreva a hacer la Reforma Fiscal que necesita el país.
ELENITA
Elena Poniatowska ha sido distinguida con el Premio Cervantes, máximo galardón literario en lengua española. Con un estilo amable, y una gran sensibilidad para contar historias, Poniatowska ha sido por mucho tiempo una de las narradoras más importantes de nuestro país, como lo reconocen los jurados del Cervantes.
Twitter: @sergiosarmient4