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Verdades y Rumores

EL AGENTE 007

La nómina municipal de Torreón, manzana de la discordia durante la pasada administración, está empezando a dar de qué hablar en la actual ya que, dicen los que saben, no están todos los que son ni son todos los que están. Nuestros subagentes disfrazados de cables de fibra óptica han descubierto en la sagrada nómina una rara, digamos, inconsistencia. Y es que en el directorio telefónico del Ayuntamiento de Torreón 2014-2017, casi al final de la lista, aparece como director del Bosque Urbano un nombre con apellidos muy conocidos: Iván Riquelme Solís. Sí, perspicaz lector, don Iván es hermano del alcalde Miguel Riquelme Solís, quien a la vez es su patrón, en un caso que los celosos vigilantes de la cosa pública podrían considerar nepotismo.

Pero el asunto no para ahí. Si bien el hermano del munícipe aparece en el directorio de funcionarios, no ocurre lo mismo en la nómina de marzo, la última disponible en el portal de internet. Lo más raro de todo es que don Iván sí aparecía en la nómina en enero, pero con otro cargo, el de “director” en la Secretaría del Ayuntamiento, con un sueldo de 34 mil pesillos al mes. Y esta extraña situación genera intrigantes cuestionamientos. ¿Por qué lo habrán borrado sin sacarlo de la administración municipal? ¿Cuánto gana el hermano-empleado del alcalde Miguel Riquelme? ¿Cómo se justifica su contratación en la actual administración? ¿Existirá una nómina oculta? Pero no es el único caso para la araña. Como sabrá, enterado lector, el exrregidor Pepe Gánem, proclive a la reyerta, fue becado, perdón nombrado, director de Prevención Social del Delito a finales de febrero pasado, lo cual causó sorpresa entre propios y extraños. El asunto es que en la nómina de febrero don Pepe aparecía con un sueldo de 18 mil 407 pesillos, incluso por debajo de la coordinadora del área, Ginebra Padilla, quien gana 28 mil 761. Pero por arte de magia, un mes después, el sueldo del director se duplicó y ahora percibe 36 mil 814 pesillos por hacer lo que muchos desconocen. Curiosas maneras tiene la administración actual de manejar los sueldos y la nómina, ¿no cree?

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Los diputados locales de Coahuila han confirmado la vigencia del refrán “a donde fueres haz lo que vieres” y hasta le han dado un sentido nuevo de exportación de hábitos. Bien dicen que en la política es más fácil seguir los malos ejemplos que los buenos, merced que estos últimos de por sí son harto escasos. Resulta que los ocupantes de las hamacas de la dependencia legislativa estatal, que visitaron hace varios días la Perla de La Laguna para la sesión solemne del centenario de la toma de la ciudad por la División del Norte, pudieron convivir con los cobradores, perdón regidores, del R. Ayuntamiento, y contrajeron su extraña enfermedad del oscurantismo que, según el diccionario galeno-polaco, se trata del padecimiento de decidir en privado los asuntos que son públicos. Nuestros subagentes disfrazados de hamacas nos cuentan que a los diputados les ha dado por sacar de las sesiones de las comisiones a los representantes de los medios de comunicación y a cualquier persona que no forme parte de las mismas. Así ha ocurrido recientemente con las de Salud, Migración y la de la Deuda, mejor conocida como la comisión fantasma. Evidentemente, esta maña de reunirse en lo oscurito despierta todo tipo de suspicacias. Hay quienes creen que los legisladores sólo se reúnen para convivir alegremente o, por el contrario, dar rienda suelta a triquiñuelas al amparo de las tinieblas. Bien valdría recordarles a nuestros representantes populares (así les dicen) que los 64 mil pesillos que ganan al mes provienen de los bolsillos de los ciudadanos de quienes se esconden cuando sesionan en las comisiones. Y ya entrados en turbiedades del recinto legislativo, dicen los que saben que la calle aledaña a la sede del Congreso que desde hace meses está bloqueada luego de manifestaciones que ha habido, no cuenta con el debido permiso del ayuntamiento que encabeza (perdone el eufemismo) Isidro López, quien, por cierto, nomás no sale de una bronca cuando ya está en otra.

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A propósito, esta semana el gobernador Rubén Moreira terminó con la saga bélica de las batallas de La Laguna, que concluyó con la conmemoración del centenario de la toma de San Pedro. En una réplica de lo observado en Gómez Palacio y Torreón, se realizó una cabalgata el domingo y el lunes un desfile militar y la sesión solemne del Congreso para declarar histórica y heroica a la ciudad lagunera, una de tantas cunas que tiene la guerra civil a la que llaman Revolución. Los mal pensados han visto en estos actos simbólicos un afán por parte de las máximas autoridades de las antiguas provincias de Nueva Vizcaya y Nueva Extremadura de hacer una especie de analogía entre lo ocurrido hace 100 años con la recuperación de las plazas para la causa constitucionalista y el “rescate” de las mismas hoy de las garras de la delincuencia. Antes los malos eran las tropas huertistas, hoy serían los integrantes del hampa. No obstante, las malas conciencias se preguntan si las autoridades actuales pueden jurar y perjurar que en las plazas “recuperadas” ya no existen malosos dispuestos a fastidiar al respetable. Habrá que ver qué tan real es la tan pregonada pax lagunera y cuánto tiempo durará, porque no vaya ser que, como en la gesta que tanto ahora se celebra, después de los aclamados “triunfos” siga el violento juego del todos contra todos. Más allá de esto, nuestros subagentes vestidos de verde olivo nos informan que durante la ceremonia del lunes, el alcalde de la ahora heroica ciudad, Juan González, le lanzó una pedrada al gobernador, quien sólo de vez en cuando se acuerda de que La Laguna es más que Torreón. Y es que don Juan, en su “revolucionario” discurso, le dijo a don Rubén que le iba a buscar casa en San Pedro para que acudiera con más frecuencia, así como lo hace en estos tiempos de víspera electoral a la Perla de La Laguna.

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El tema que sigue dando de qué hablar es el de los desaparecidos de Coahuila, que sigue persiguiendo al gobernador como si de un fantasma se tratara luego del desaseo durante el operativo masivo de búsqueda llevado a cabo en enero del presente año. Don Rubén y los suyos siguen tratando de contentar a los integrantes de la asociación Fuerzas Unidas por Nuestros Desaparecidos de Coahuila, quienes se molestaron por la forma en la que el gobierno estatal manejó el mentado operativo en el que se dijo habían sido encontrados 500 restos humanos. Pero las cosas en vez de esclarecerse parecen entrar en la trama de un mal thriller hollywoodense cada vez que las autoridades realizan un anuncio. El lunes pasado, el gobernador Moreira declaró aquí en Torreón que los integrantes de Fuundec le habían entregado un dictamen sobre lo ocurrido en la búsqueda. En dicho documento, según el mandatario, se hacían algunas observaciones que iban a atender pero, sobre todo, los miembros de la organización supuestamente reconocían que las imágenes aparecidas en un reportaje que acerca del operativo hizo una cadena de televisión gringa eran una especie de montaje. En dichas imágenes se observa maquinaria pesada en las labores de búsqueda, lo cual molestó a los familiares de los desaparecidos. El detalle es que en una toma aparece Jesús Carranza, entonces vocero de la Procuraduría de Coahuila, en uno de los predios explorados, y detrás de él una máquina retroexcavadora. Dice mucho que luego del escándalo, Carranza fue mandado a la Siberia de las instituciones. Pero eso no es todo. Varios de los miembros más activos de la asociación aseguran que ellos no han entregado ningún dictamen al gobernador y que si don Rubén se refiere a un documento emanado de la reunión del sábado pasado, pues hasta ahora Fuundec no ha recibido ni una copia. Otro hecho que abona a la confusión en el delicado asunto es el doble envío por parte del gobierno estatal a su dependencia legislativa de la iniciativa ley de declaratoria de ausencia por desaparición forzada. Primero, el gobernador mandó el proyecto a mediados de diciembre de 2013 y otra vez a finales de marzo. Dicen los que saben que la primera iniciativa no incluía aspectos importantes sugeridos por Fuundec -¿olvido?- y que la segunda sí. Lo cierto es que en todo este tema parece que al ejecutivo estatal se le hace bolas el engrudo.

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