Hasta la última publicación la semana pasada, tocamos el tema de la sexualidad, y la importancia de tener claro éste tema. Sobre todo en los adolescentes, aunque nos hemos dado cuenta que también en matrimonios jóvenes, o de muchos años, hay ausencia de conocimientos sobre estos temas, y con tristeza, de nosotros mismos. Hoy más que nunca, consideramos importante escribir sobre los valores de la familia, para defender esta institución, que es la célula de la sociedad. Mediante la reflexión y el análisis en pareja, podremos frenar este caos social que estamos viviendo, y que en lo personal, sustento firmemente que se originan por esa fragilidad de las parejas que se divorcian con tanta facilidad, ya sea que tengan unos meses, o menos de casados, o aun de muchos años juntos. Esta nueva sección está dedicada a todas aquellas parejas que en familia luchan por mantenerse unidas y para aquellas que si no están ya juntas puedan reflexionar y darse una segunda oportunidad, creo que ustedes se la merecen y sus hijos si los hubiera se los agradecerían con todo su amor.
El Amor y La Esperanza. Nuestra vida matrimonial pudo haber seguido caminos diferentes a los que alguna vez soñamos. Sin embargo si usted está leyendo este artículo y se interesa en él, quizás pueda significar que ha logrado conservar algo fundamental: la Esperanza en nuestro amor. Retrocedamos en el tiempo y recordemos cuán grande era nuestra esperanza en él al cazarnos. Dimos aquel paso con inmensa alegría, porque el matrimonio y la familia se nos presentaban como un camino para asegurar lo más maravilloso que habíamos encontrado en nuestra vida: el amor. Pensemos en lo que fue nuestra primera experiencia de estar enamorados, o aquel momento inolvidable en que nos conocimos y empezó una hermosa historia de amor, de pareja. Entonces todo nos parecía diferente, recuerda? Era como si estar allí hubiéramos descubierto la verdadera vida, como si recién comenzáramos a vivir a “pleno pulmón”. El amor del otro era un sol en cuya luz todo brillaba más hermoso, y cuyo calor despertaba en nosotros energías desconocidas. Cuando salíamos con nuestra pareja, nos ponían como condición que hiciéramos esto o aquello, no nos importaba, lo hacíamos de inmediato, sentíamos ganas de ser mejores, de estudiar y trabajar más. Más aún: el amor del otro nos daba también las fuerzas para hacerlo y confianza en nosotros mismos. Muchos dolorosos complejos se habían esfumado de golpe, al pensar que el otro nos quería y nos había escogido tal como éramos, pudimos reconciliarnos con nosotros mismos: aceptar el propio modo de ser, o el propio físico. Ya nada de lo que antes nos dolía tenía importancia ante esa liberadora certeza: “Me quiere como soy, y con su apoyo lograré superar cualquier limitación que tenga”. Sentíamos que contando con la luz y el calor del otro, todo se volvía fácil y posible. Y por eso nos casamos: para asegurar que tendríamos siempre al lado a ese “sol” que era garantía de nuestra felicidad.
¿Y usted qué opina?
(Le comparto este tema: “Hombres de Valor –Jesús Adrian Romero”). Haga clic en la dirección de abajo:
http://www.youtube.com/watch?v=rWnCZ-ZJDOk
Si aun no ha leído el artículo "Importancia del amor en la familia" 2a Parte se lo recomiendo en:
http://blogsiglo.com/archivo/152.html
"Despertar...es"
Un encuentro contigo mismo
Un libro que una vez
que inicias, no podrás dejar de leer.
Disponible ya en CD
“QUIEN NO VIVE PARA SERVIR, NO SIRVE PARA VIVIR”
Germán de la Cruz Carrizales
Torreón, Coahuila. México
MMIX