Los gobiernos hoy día invierten millones de dólares en salvar a los enfermos de SIDA (derecho a la salud) o en descubrir nuevos medicamentos como el del virus AH1 N1 pero siguen permitiendo y aún legislando a favor del aborto. Este ha matado mas personas que todas las guerras, ha cobrado más victimas que el cáncer, la droga o cualquier epidemia, pandemia que haya sufrido la raza humana. Lo increíble es que nadie organiza una represión clara para acabar con el mal. ¿Pero alguien siquiera se imagina que es lo que pasa cuando se realiza el aborto? Analicemos una película real, filmada con la ayuda de modernos equipos de vanguardia, durante la práctica de un aborto por succión, “Un grito Silencioso”.
“El feto flota en su ambiente acuoso, juguetea con el cordón umbilical y luego se lleva el pulgar a la boca, succionando su dedo, traga un poco de líquido amniótico y le sobreviene un ataque de hipo. Siente la mano de su madre que se soba el vientre, el bebe patea la mano y nota que ella le devuelve el golpecito y vuelve a patear. Al poco rato pierde interés en el juego y se queda dormido. El abortista coloca el espéculo en la vagina de la mujer, inserta el tenáculo y lo fija. Mide con una sonda la profundidad del cuello uterino y aplica los dilatadores hasta que el camino esta listo para introducir el tubo succionador. En la pantalla ultrasónica se ve el feto sereno moverse normalmente; su corazón late a 140 latidos por minuto, esta dormido chupándose el pulgar de su mano izquierda. Repentinamente despierta con una simultánea descarga de adrenalina, ha percibido algo extraño, se queda quieto, como si se agudizaran sus sentidos para entender lo que esta sucediendo afuera. El aparato ultrasónico capta la imagen de la manguera succionadora abriéndose paso a través del cuello con movimientos oscilantes, hasta que se detiene tocando la bolsa amniótica. Entonces la presión negativa de 55 mm, de mercurio rompe la membrana de las aguas y el líquido donde flotaba el niño comienza a salir. En ese preciso instante el bebé rompe a llorar, pero su llanto no puede oírse en el exterior. Inicia giros rápidos tratando de huir de eso extraño que amenaza con destruirlo. Su ritmo cardiaco sobrepasa los 200 latidos por minuto, sigue llorando, su boca se mueve dramáticamente y hay un momento en que queda totalmente abierta. Los aparatos detectan un grito que nadie puede escuchar. Los violentos movimientos del producto provocan que constantemente se salga de foco. Puede observarse a la perfección la forma en que trata de escapar, convulsionándose para evitar el contacto con el tubo letal, pero su espacio es reducido y el agresor lleva todas las de ganar. Finalmente la punta de succión se adhiere a una de sus piernitas y ésta es desprendida de un tajo. Mutilado, sigue moviéndose cada vez con menor rapidez en un medio antes líquido y ahora seco. La punta del aspirador nuevamente trata de alcanzarlo, los médicos la introducen buscando a ciegas, les da lo mismo arrancar otra pierna, un brazo o parte del tronco, para el asesinato en sí no existe ningún procedimiento técnico. El producto sigue llorando en una agonía impresionante. El tubo vuelve a alcanzarlo, esta vez enganchándose en un bracito que también es desprendido. Negándose a morir, el cuerpecito desgarrado sigue sacudiéndose. La manguera jala el tronco tratando de arrancarlo de la cabeza, al fin lo logra y el desmembramiento es total. Entre el abortista y el anestesista se utiliza un lenguaje en clave para ocultar la triste realidad de lo que esta sucediendo. ¿Ya salio el numero uno?, pregunta el anestesista refiriéndose a la cabeza. Ésta es demasiado grande para ser succionada por la manguera, de modo que el abortista introduce los llamados fórceps de pólipo en la madre, sujeta el cráneo del bebé y lo aplasta usando las poderosas pinzas. La cabeza, con todo su contenido, explota como una nuez, y los restos son extraídos minuciosamente. El recipiente del succionador termina de llenarse con los últimos fragmentos de sangre, hueso y tejido humano”.
En esta época de tantos adelantos científicos y tecnológicos debiéramos habernos humanizado un poco mas, pero cuanta violencia, cuan inhumano se a tornado el hombre, cuando una madre es capaz de matar a su propio hijo. Esto lo estamos pagando muy caro y si no recuerde; que paso en el año de 1810? En el año de 1910? ¿Y cien años después que año es? Sí, 2010 ¿y no estamos viviendo también un movimiento armado? La solución esta en nosotros, no convirtamos una libertad aparente en libertinaje, mi libertad termina donde comienza la del otro. ¿Y usted que opina?
(Este video del aborto es fuerte, le recomendamos discreción: EL GRITO SILENCIOSO…) haga clic en la dirección de abajo:
http://www.youtube.com/watch?v=zlWrZlaC3rM
Si aun no ha leído el artículo “Cada niño, un regalo de DIOS” se la recomiendo en:
http://blogsiglo.com/archivo/359.cada-ni-o-un-regalo-de-dios.html
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MMIX