A la mujer se le ha impuesto la carga de tener que resistir y después se le impugna cuando no lo logra. En el siglo XVII lo decía Sor Juana Inés de la Cruz: Hombres necios que acusáis a la mujer sin razón. Sin ver que sois la ocasión de lo mismo que culpáis. Si con ansia sin igual, solicitáis su desden, ¿Por qué queréis que obren bien si las incitáis al mal? Con el favor y el desden tenéis condición igual. Quejándoos si os tratan mal, burlándoos si os quieren bien. Opinión, ninguna gana, pues la que mas se recata. Si no os admite es ingrata y si os admite es liviana. Siempre tan necios andáis que con desigual nivel, a una culpáis por cruel y a otra por fácil culpáis. ¿Cuál mayor culpa ha tenido en una pasión errada, la que cae de rogada o el que ruega de caído? ¿O cual es más de culpar, aunque cualquiera mal haga: la que peca por la paga, o el que paga por pecar? ¿Pues para que os espantáis de la culpa que tenéis. Queredlas cual las hacéis o hacedlas cual las buscáis.
(La mujer, máxima creación de Dios, gloria o perdición del hombre, fascinación de la vida. Reflexione a la luz de esta hermosa canción de Agustina Lara interpretada por PLACIDO DOMINGO, MUJER) Haga clic en la dirección de abajo.
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En el siglo XXI ya es tiempo de que el hombre comience a participar y se comporte como un ser humano maduro y no como animal instintivo. Delegarle a la mujer toda la responsabilidad del juego sexual y culparla a ella por no haberlo detenido es un acto machista e indolente. Los verdaderos hombres saben respetar y ayudar a su pareja a mantener los límites. Ahora, mujeres ¿Qué pasa si no todos los hombres están de acuerdo en esto? Ustedes son las responsables tacitas de las caricias. Una regla básica en los negocios es que, si algo abunda, el precio baja. Algunos comerciantes esconden los productos para provocar escasez y de esta forma incrementar el precio. El manejo bobo del sexo consiste en sobreabundarlo. Es la ley de la oferta y la demanda. Como las caricias son fáciles, entonces son baratas y su precio baja. Cuando las caricias escasean, se cotizan más alto. ¿Por qué mucha gente paga colegiaturas por ir a una escuela particular? Porque piensan que por ser cara es mejor. Veamos los dos casos siguientes: A). Imagina que toda tu vida tuviste el anhelo de estudiar en una universidad privada. Haciendo un gran esfuerzo, logras pagar las cuotas y pasar los exámenes. Terminas tu segundo año de carrera, haces un voto de compromiso incondicional cuando el rector te llama a su oficina. Acudes temeroso y extrañado. La máxima autoridad te comunica que a partir de ese momento estas becado y ya no tendrás que pagar ni un centavo. ¿Cómo te sentirías? Orgulloso, agradecido, privilegiado. B). Imagina ahora que no pudiste entrar a la universidad privada y precisas ir a una publica (sin desmerecer ninguna). A los dos años de carrera el director te llama a su oficina y te dice que, si quieres seguir en la escuela, a partir de ese momento estarás castigado pagando una cuota extraordinaria tan alta como la de la universidad privada. ¿Cómo te sentirías? Extrañado, desconcertado, furioso, indignado, dispuesto a abandonar la escuela. Las analogías anteriores son idénticas a lo que les ocurre a las chicas con las caricias íntimas. A). Unas se cotizan alto (como la universidad mas exclusiva), el novio se ve precisado a pagar primero una alta cuota de respeto, pasar la prueba de intimidad emocional y afinidad intelectual. Después hace un voto de compromiso total y el sexo se da de forma espontánea y sin condiciones. Entonces él se siente orgulloso, enamorado, privilegiado. B). Otras mujeres se cotizan bajo. Entregan su cuerpo con facilidad como si no valiera nada, mas luego se sienten usadas y consideran oportuno imponer condiciones y cobrar altas colegiaturas de compromiso como las del matrimonio. Eso obviamente hace sentir al hombre desconcertado, furioso, indignado, dispuesto a abandonar a la chica.
Es un hecho innegable: El joven que tiene fácil acceso a caricias profundas y sabe que puede seguir degustando el cuerpo de su novia, con mucha facilidad se echará para atrás ante un compromiso mas serio. La mujer inteligente no admite manoseos pues vincula su respeto y dignidad a la forma en que es tratada. Por otra parte sí admite caricias, pero condiciona el avance de éstas a la etapa exacta de la relación. Si el hombre no se compromete en el umbral de la siguiente etapa, la chica inteligente “pone tierra de por medio” y lo deja con el sabor de boca de cuanto perdió. Esto provoca que cualquier hombre esté dispuesto a hacer lo que sea por una mujer.
¿Y usted que opina?
(Los detalles de su relación, cultivada día a día, será tan fácil de olvidar? Pues pasaran los días, los meses y los años, pero nunca olvidare el sabor de tus labios pues los llevo grabados aquí en mi corazón y en mi alma SABOR A TI. Reflexione a la luz de esta hermosa canción de EYDIE GORME) Haga clic en la dirección de abajo.
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MMIX