¿Le gusta tener que esperar? A mí no. Ya sea si es estar de pie en la fila del cine, del banco o en una tienda de autoservicio, o atrapado en el tráfico, mi paciencia rápidamente se agota. Si hago una llamada telefónica para concertar una cita o para preguntar por una factura, y me ponen en modo de "espera," mi aversión a esperar pronto se pone en evidencia.
Por supuesto, que este tipo de espera, tan sólo da una pequeña molestia. Otro tipo de esperas son más agonizantes cuando las cosas normales no marchan rápidamente. Por ejemplo, en una ocasión hablaron del colegio de mis hijos informándonos que si no pagábamos ese día no podrían ir al día siguiente. Empezó la búsqueda de cuentas por cobrar, depósitos en cuentas bancarias, transcurrían las horas y simplemente nada. Señor, tu sabes como y porque haces las cosas –pensé, para mis adentros- y simplemente enfile mi camino a casa, siempre el que llegaba tocaba el claxon y se le abría la cochera, pero en esa ocasión no me abrieron, en cambio salio mi esposa con un sobre en la mano y una cara de preocupación, -que pasa, le dije- te llego este sobre de hacienda, ufff, ¿otra cosa Señor? No, era una devolución, un cheque a mi favor con la cantidad suficiente para salir de ese compromiso escolar, y con el tiempo también suficiente para ir al banco, cambiar el cheque he ir a la escuela a saldar la cuenta.
Mi amigo Juan Carlos, el día en que nos conocimos, me comentaba como al renunciar a su antiguo puesto en una importante compañía refresquera, se sentía que podía con el mundo y que encontraría trabajo inmediatamente ya que su preparación era muy competitiva, sin embargo pasaban los días, las semanas y los meses y nada, el dinero que había recibido como liquidación se terminaba y no había respuesta, sus hijos no sabían de espera y fue cuando decidió buscar dinero y se fue a un tianguis a vender una serie de cosas que compramos cuando abunda el dinero para cubrir las necesidades mas básicas, doblegando su orgullo y enfrentando la espera, aprendiendo lecciones, esta experiencia se ha repetido ya varias veces mas en su vida, sin embargo la espera ha traído resultados que nos hacen crecer como seres humanos.
Ha habido otras ocasiones en que he encontrado que esperar tampoco es fácil: Al buscar un cambio de profesión cuando es evidente que es tiempo de cambiar de trabajo; al buscar una respuesta de un empresario con respecto a un programa de calidad o una propuesta de consultoría; anticipándose a la llegada de un muy necesitado cheque para cumplir con una urgente obligación financiera; contar los días que faltan para una firma crucial; esperar ansiosamente la llamada telefónica de un ser querido en crisis. Para mí, cada una de esas ocasiones demostró ser sumamente difícil, casi agónica.
Desgraciadamente, en estos días de satisfacción instantánea y de comunicación a gran velocidad, esperar es también una realidad cotidiana. ¿Cómo maneja la espera - ya sea esperando a que le sirvan en un restaurante, busca una respuesta de un cliente, o esperando noticias importantes que podrían cambiar su vida de una manera dramática? Interesantemente, el libro del Antiguo Testamento de Isaías en la Biblia tiene mucho que decir acerca de esperar - y confiar en Dios mientras lo hace:
Dios actúa según Su itinerario, no el nuestro. Confiar en Dios no nos asegura una respuesta inmediata. Incluso cuando Sus respuestas vienen más lentas de lo que quisiéramos, podemos estar seguros de que Él contestará. "El Señor ha escondido su rostro del pueblo de Jacob, pero yo esperaré en él, pues en él tengo puesta mi esperanza" (Isaías 8:17).
Dios contesta a menudo de maneras que sobrepasan nuestras expectativas. Cuando recibimos las respuestas de Dios a nuestras necesidades, a veces son diferentes - y mejor de lo que habíamos esperado. "En aquel día se dirá: « ¡Sí, éste es nuestro Dios; en él confiamos, y él nos salvó! ¡Éste es el Señor, en él hemos confiado; regocijémonos y alegrémonos en su salvación!»" (Isaías 25:9).
Dios premia nuestra buena voluntad al esperar. A menudo queremos forzar un problema para que se solucione, pero al tener paciencia y esperar en Dios tendrá recompensa. "Por eso el Señor los espera, para tenerles piedad; por eso se levanta para mostrarles compasión. Porque el Señor es un Dios de justicia. ¡Dichosos todos los que en él esperan!“ (Isaías 30:18).
Dios da fuerza a aquéllos que esperan Su respuesta. Al esperar se pueden agotar nuestros recursos físicos, emocionales y espirituales. Pero si nosotros confiamos en la respuesta oportuna de Dios, Él nos restaurará la fuerza necesaria para hacer las cosas. "Pero los que confían en el Señor renovarán sus fuerzas; volarán como las águilas: correrán y no se fatigarán, caminarán y no se cansarán" (Isaías 40:31).
¿Y usted como enfrenta la espera?
Si estas pasando por alguna situación difícil te recomiendo que veas este video: “El me levantará”, has clic en la dirección de abajo
http://www.youtube.com/watch?v=iG4ajD7QgN4
Si aun no lee el artículo “Amarse con los defectos”, se la recomiendo en la dirección de abajo:
http://blogsiglo.com/archivo/439.amarse-con-los-defectos.html
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