Hay una gran diferencia entre ver cine con subtítulos y ver películas extranjeras. ¿Cómo? Bueno, si tomamos en cuenta que normalmente consumimos películas hollywoodenses, entonces es muy probable que veamos cine con subtítulos, por su idioma de origen en inglés. Pero también en estos casos, muchas veces optamos por la opción de audio en español.
Yo, por ejemplo, soy del club de quienes preferimos, apoyamos y decidimos ver cine en su idioma original, sea cual sea; pero también entiendo que a veces pasamos más tiempo leyendo los subtítulos que viendo la película como tal y ante ello, la posibilidad de ver el cine en nuestro idioma es una oferta más que bienvenida. Además, me declaro culpable ante la debilidad de que, cuando se trata de películas animadas, la versión doblada al español es mi opción número uno.
A eso me refiero con la diferencia entre cine con subtítulos y cine extranjero. La industria cinematográfica alrededor del mundo es rica en cantidad y calidad, sin embargo por diferentes razones no le damos la oportunidad de entrar en nuestro repertorio de entretenimiento. Es entendible que a veces estas razones se encuentran fuera de nuestras manos; por ejemplo, algunas veces las películas no encuentran distribuidoras que las traigan a nuestro país, otras veces la publicidad o promoción es escasa o nula por lo que es difícil, o imposible, conocer la oferta cinematográfica extranjera; y otras más, aceptémoslo, es evitar películas en las cuales no vemos caras famosas ni de renombre en pantalla.
Existe el mito de que los estadounidenses no ven cine fuera de Hollywood porque les da flojera o les molesta tener que leer subtítulos, y sí, muchas veces es cierto, muchas, aunque no siempre. Me he encontrado con un buen número de extranjeros que se interesan lo suficiente por el cine al grado que lo que menos les importa es el subtitulaje del mismo. Bien, pues cada lugar es diferente, cada cultura y cada persona. En España, por ejemplo, la mayoría de las películas en el cine son dobladas al castellano y pocos son los cines que muestran películas en su idioma original.
Mi insistencia en el tema radica en que la intención de la actuación recae también, por mucho, en la dicción, volumen e interpretación del actor al decir sus líneas. Si bien el doblaje es por mucho de calidad en nuestro país, queda claro que no hay forma de repetir en un doblaje la situación y ambiente inicial, natural, aquel en la que se encuentra el actor al filmar.
Fuera del continente americano el cine de más fácil de acceso en nuestro país, por así decirlo, es el europeo, seguido del asiático. Pero cine hay en todas partes, casi sobra decir que Bollywood (cine de la India) es la industria con más películas producidas al año; países como Israel, Australia, o Sudáfrica cuentan con presencia en festivales y premiaciones y significa solo una porción del cine que se produce en total en cada uno de estos países. Creo que el cine extranjero abre una amplia gama de posibilidades. Latinoamérica por su parte, ofrece un vasto repertorio de películas de alta calidad; este es un cine que se encuentra a la alza y cada vez da más de qué hablar.
El cine mexicano llega a exhibirse en salas extranjeras alrededor del mundo, pero las películas que logran salir fuera del país son sólo una porción de la totalidad que el país produce cada año. ¿Por qué no darle más posibilidades a nuestro cine en otros países, mejor aún, por qué no darle la oportunidad al cine extranjero en nuestro propio país?
Afortunadamente la globalización, la apertura al arte y los lazos entre naciones permiten que encontremos en cartelera películas de muchas partes alrededor del mundo; si ponemos atención podemos encontrar en las fichas técnicas la información, como país y el año de producción de una película, muchas veces podemos estar viendo cine hecho fuera de Estados Unidos sin darnos cuenta. Y no lo digo porque quiera que Hollywood sea vetado de nuestra vida, que sea malo o bueno, al contrario, me refiero a abrir nuestras posibilidades al mundo a través de cine, abrir nuestra mente a experimentar y conocer cosas nuevas, cine nuevo.
Así que invitémonos todos al cine y abramos nuestra mente, para ver de todo, disfrutar de todo, y en especial, exigir de todo en nuestras salas cinematográficas, porque el cine hay que verlo, escucharlo, sentirlo y leerlo.