Termina el primer partido del año en el Nuevo Estadio Corona; la escena habla por sí sola. Oribe Peralta se arrodilla en medio campo y apunta al infinito. ¡Cuánto ha esperado por una tarde así!
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“El Cepillo” debutó en el Clausura 2003 con Morelia; hace una semana cumplió 26 años. El orgullo del ejido La Partida sabe lo que es vestir la camiseta de la Selección Mexicana, conoce de cerca la Copa Libertadores y por momentos ha sido amigo del gol. Ahora inicia su torneo 15 desde que inició en Primera División y en más de 9,115 minutos en el campo, su cosecha de goles es de 32 (uno cada 284 minutos). Oribe era una especie de “talismán” con los Rayados de Miguel Herrera. Entraba poco, pero cuando lo hacía, se notaba en el marcador. De ahí que cuando Santos pasaba penurias y no gastaban millones en contratar jugadores, Oribe se convirtió en la “esperanza” albiverde (Apertura 2006). En su primera etapa con Santos, Oribe apenas y podía tocar el balón. Parecía que se había peleado con él, y con todos sus compañeros. Pocas veces se lo pasaban, y cuando por causalidad lo tenía cerca, lo mandaba lejos. Sólo en 8 ocasiones pudo chocarlo contra las redes rivales (8 goles en 74 partidos). Se fue prestado a Jaguares, donde lejos de los reflectores laguneros, Oribe brilló con luz propia; surtido de pelotas, marcó 12 “pepinos” en 35 partidos.
“El Cepillo” está de vuelta en La Laguna con un inicio prometedor. En 44 minutos en la cancha puso un pase para gol y, cuando el partido agonizaba, se atrevió a marcar el del triunfo.
El 5 de agosto de 2006, Oribe debutó en el “Viejo” Corona en medio de una gran ovación; casi tres años y medio después, empieza a pagar la deuda que tenía pendiente con la afición de casa.
Fotografías de Ramón Sotomayor