Santos tenía que ganar

Dos penales de ventaja y al final, los colores albiverdes se borran de la pantalla. El “Ya me vi campeón” se quedó en el mismo lugar del “Vamos por el bicampeonato”, de los Rayados. Cantar victoria antes de tiempo no dio resultado esta vez para el conjunto guerrero; Toluca no fue lo mismo que Morelia. Atrás quedaron los 10 goles anotados en la serie semifinal, al igual que esa renaciente “Santosmanía”, tan característica cuando Santos entra a Liguilla.

=mas=

Qué pena por Rubén Omar Romano, que sin embargo vuelve a los primeros planos como director técnico. El argentino aguantó críticas con mesura durante un torneo donde nunca estuvo en riesgo la calificación. Donde el tiempo le dio razón, así como el tiempo le dio su lugar a Ludueña y Vuoso. “El Toro” debió quedarse en la banca durante el partido de vuelta de la Gran Final del Bicentenario 2010. Su cabeza no estaba en el Nemesio Díez, sus piernas apuntaban a cualquier parte que no fuera una portería. De Oswaldo Sánchez no se puede agregar mucho. Los penales no son su especialidad. Se dedicó a bailotear antes de cada cobro y al final, su rival Talavera se llevó la gloria.

A principio de semana, Santos entrenó los penales “por cualquier cosa que pudiera pasar”. Parece que debieron entrenar más. Ayer, Santos se resistió a meterse entre los más grandes del futbol mexicano. El “infierno” no venció a los Guerreros, fueron sus propios errores los que los marginaron del título. Parece que ”verse” campeones antes de serlo no les hizo tanto bien.

Hay tres frases que algunos usan para justificar o suavizar las derrotas:

1.- El equipo “x” es el campeón sin corona.

2.- Merecimos ganar.

3.- Los penales son un volado.

La realidad es otra:

1.- No hay campeón sin corona. El campeón es Toluca; tiene corona: trofeo, medallas y supo llegar hasta donde está; no hay que demeritarlo.

2.- No se tratar de merecer. Si fuera por merecimientos, el campeón sería el que terminó en primer lugar el torneo; sobre quién fue el mejor en el Bicentenario 2010, a nadie puede quedarle duda.

3.- Los penales no son una moneda que se lanza al aire para esperar de qué lado cae. Hay que enfilarse y pegarle bien al balón. Hay especialistas para tirar penales y aun ellos pueden fallar, porque es de humanos. Pero lo de ayer fue ridículo. Nunca más cerca del título, y se fue de la manera más absurda. Los tiros de Vuoso y Morales ni siquiera iban a la portería. Morales se puso nervioso; Vuoso se olvidó del equipo.

Que Santos se vio mejor en la final es cierto. Que la derrota duele, también.

Hoy, algunos aficionados santistas se atreven a dudar sobre la intención de Vuoso al cobrar su penal. Otros lo apoyan incondicionalmente por las grandes tardes del “Toro”, sin embargo, el pasado es historia. Ya se cantó, ya se celebró, ya se disfrutó… ya es hora de ver hacia el presente. Los goles de Vuoso nadie los borra, se quedan en las estadísticas del club y en la memoria de quienes los gritaron, como de igual forma se quedará el yerro infame en la gran final del Bicentenario 2010.

Hoy, Santos debe verse como un digno subcampeón. Ya luego habrá tiempo para lo demás.

Me despido, Chao!

Fotos de Ramón Sotomayor