Me he dado cuenta que en ocasiones mi memoria a corto plazo me falla, así que decidí hacer el ejercicio de, al terminar la película, recordar los títulos de los cortos cinematográficos que se proyectan previos a la función. Gracias a esa atención extra me percate que últimamente se han presentado en cartelera películas relacionadas con autos.
Creo que este tema y/o fenómeno nunca pasará de moda; alguien decía que son el tipo de películas hechas especialmente, aunque no exclusivamente, para el público masculino amante de los autos y la acción. En realidad es una fórmula bien ensayada que puede funcionar: acción, autos, velocidad, música y dinamismo; no importa cuál sea la historia que le acompañe, la dosis de adrenalina está prácticamente garantizada. ¿Pero, qué tanto es suficiente? Porque el corto que vi promocionaba la nueva y quinta entrega de la franquicia de Rápido y Furioso, esta vez titulada: Rápidos y Furiosos sin control (EUA, 2011).
El primer título de esta saga, Rápido y Furioso (EUA-Alemania, 2011), cuya trama, un policía encubierto que se infiltra en el mundo de los corredores clandestinos de autos encuentra amistad en quienes se convertirán en los principales sospechosos de su investigación, llegó como bomba proponiendo una combinación entre gente atractiva en pantalla, lucha por los ideales, justicia, rebeldía, alta velocidad, un poco de drama y enredos policiacos. La segunda parte, Más rápido, más furioso (EUA-Alemania, 2003), fue para algunos un pequeño tope en el camino, un fallo o una secuela fuera de contexto en la cual Paul Walker es el único personaje de la película original que regresa, ahora utilizando el mundo clandestino de las carreras de autos para descubrir a exportadores de drogas. Tres años más tarde llega a las pantallas Rápido y Furioso: reto Tokio (EUA-Alemania, 2006) continuando con la propuesta y concepto original, pero trasladándola hacia otro escenario; en esta ocasión siguiendo a un joven que se muda a Japón y se involucra con un grupo corredor de autos en ese país. Lo importante de esta tercera entrega es el cameo (participación especial) de Vin Diesel cuya presencia hila la historia con las demás películas, ubicando cronológicamente a Reto Tokio después de la quinta película que está a punto de estrenarse.
Así Rápidos y Furiosos (EUA, 2009), la cuarta parte de la franquicia, llega retomando al elenco original y da continuidad de la premisa inicial. En esta ocasión Dom (Diesel) y Brian (Walker) harán equipo para localizar a un traficante de drogas, Brian cumpliendo su labor como agente del FBI y Dom vengando la muerte de su novia. Bajo estas condiciones la cuarta película, pareciera una simple película de trámite para reunir al elenco, reforzar amistades y relaciones entre personajes y ofrecernos una historia similar pero con más explosiones y acción que las anteriores.
Más que por la gastada fórmula y repetida historia que ya todos conocemos desde 2001 (año en que la primera Rápido y Furioso llegó a cines) la quinta parte de esta franquicia debe luchar contra la competencia que le rodea, dentro del rubro de la acción como de otros géneros; por ejemplo, tanto Venganza Letal (EUA, 2010) como Infierno al Volante (EUA, 2011) fueron estrenadas en cartelera en recientes fechas, dos películas elaboradas con los mismos ingredientes, pero, con un giro distinto que podría hacerlas incluso más atractivas.
Ante este panorama el público debe preguntarse si las carreras son pretexto suficiente para ir al cine o si es mejor darle un espacio a este género, buscar un nuevo extra, una nueva propuesta y un respiro al tipo de película.
El corto cinematográfico no parece ofrecer nada nuevo a una historia que hemos seguido por diez años, lo que nos hace preguntarnos si acaso no estemos ante un ejemplo de alargamiento innecesario de la franquicia con el único fin de que el cinéfilo continúe patrocinando una idea a la cual se le continúa buscando pequeñas vueltas de tuerca que permitan imprimir un nuevo poster para poner en cartelera. A pesar de ello los comentarios son buenos, los fans (fanáticos en español) la llaman ya la mejor entrega de esta franquicia, claro que los fanáticos, según la Real Academia, son creyentes y defensores apasionados y desmedidos de una causa. Así que, si decide verla, acuda con un sentimiento de solidaridad, esperando sólo divertirse con autos, acción y buena música.
El estreno llega abriendo las películas veraniegas, los blockbusters y grandes producciones, como suele ser la labor de los proyectos de mayo, pero también parece ser el cierre de una ola de película de autos, que parecen estar de moda y llenos de rock’n’roll.
Confiemos que los ejecutivos de las casas productoras se esmeren en buscar nuevas propuestas, incluso dentro del mismo género; pero en especial, esperemos que con esta quinta entrega se cierre un ciclo, ciclo que formó parte de toda una generación, misma que no sólo ha crecido, sino que también debería haber madurado, aunque el sistema se empeña en tratar al público como simples receptores pasivos incapaces de acercarse a propuestas originales e innovadoras.