Aún me cuesta trabajo aceptar que Biutiful represente a nuestro país cuando refleja una realidad española, pero finalmente es una coproducción con México, en la cual mucho talento mexicano está involucrado; además de ser una historia bien contada, actuada y filmada, aunque en mi opinión, sin más trascendencia que esa.
Fue en Septiembre cuando la Academia Mexicana de Artes y Ciencias Cinematográficas revelara la lista de candidatas para representar a México en el Oscar. En ese entonces la lista constaba de 9 películas: Abel (México, 2010), Chicogrande (México, 2010), Conozca la Cabeza de Juan Pérez (México, 2008), El Atentado (México, 2010), Las buenas hierbas (México, 2010), Norteando (México, 2009), Vaho (México, 2009), Biutiful (México-España, 2010) y, Daniel y Ana (México-España, 2009).
A una semana de la premiación y sabiendo que Biutiful representa a nuestro país dentro de las cinco nominadas en la categoría de mejor película extranjera, sólo he tenido la posibilidad de ver tres de esas nueve: Conozca la Cabeza de Juan Pérez, El Atentado y la misma Biutiful. No estoy segura si fue una mala distribución, demasiado impulso al cine del Bicentenario y del Centenario, con la consiguiente abundante producción cinematográfica mexicana apoyada por esa misma celebración, o porque es casi costumbre que las películas mexicanas más premiadas y aclamadas tengan una distribución limitada en nuestro propio país, pero lo cierto es que viendo la lista seleccionada me pregunto las razones por las qué la elegida se ganó su puesto en la contienda por el Oscar.
Respecto a Conozca la Cabeza de Juan Pérez, me pareció un relato repetitivo, nada novedoso y sin mensaje. El problema de esta película es que no pudo dar para más. Un mago que decide robar una guillotina para mejorar su acto en el circo y no ser despedido, es sólo una historia entretenida de 90 minutos hecha en formato para televisión pero llevada el cine. El Atentado por su parte, en la cual tenía grandes esperanzas porque creí sería un vistazo histórico a la dictadura de Porfirio Díaz, no es más que una historia de amor de época, que no toma prestado nada de la realidad mexicana de principios del siglo XX, con excepción del pretexto de los carruajes y los vestidos largos.
Tomando en cuenta que El Discurso de Rey (Reino Unido-Australia-Estados Unidos, 2010) es un relato histórico, me pregunto por qué no elegir a Chicogrande, la cual finalmente habla de la huída de Villa tras ser herido en batalla. Si quisiéramos seguir la línea de películas que representan la realidad social, ahí estaba Norteando, Vaho y hasta Daniel y Ana. También leí varios comentarios de gente que estaba encantada con Abel, aunque espero que sea más por la película misma que por el esfuerzo y popularidad de Diego Luna; en incluso, Las buenas Hierbas tiene mucha aceptación entre los blogueros e internautas que la llaman un relato sensible y reflexivo.
Pero finalmente los votantes son los votantes, o sea, nosotros no; lo que por supuesto me hace dudar. Porque hasta el Oscar tiene conflicto de intereses por influencia económica y política cuando elige a los ganadores y, desde luego, hasta en los reality shows el segundo lugar es frecuentemente quien merece ganar. Entonces ¿se eligió a Biutiful por intereses de proyección y reconocimiento?
La película no es mala, la gente la vio y le da reconocimiento. No olvidemos que Javier Barden también tienen nominación al Oscar como mejor actor por su interpretación en la película. Pero su elección no deja de parecer una estrategia por parte de la Academia Mexicana, porque Alejandro González Iñárritu es, sin duda, uno de los directores mexicanos más conocidos y reconocidos a nivel mundial; porque se aplaude su trabajo y su proyecto más que al cine mexicano con esta nominación; porque es un compromiso con el país y con quienes hacen cine en México, algo así como dar el mensaje de que en México se apoya el cine y mientras más reconocimiento y proyección tenga, más películas se harán y más premios se recibirán. Pero si todas esas fueran las razones y lineamientos para elegir, para asegurar un lugar dentro de las cinco nominadas a mejor película extrajera dentro de la premiación más grande del cine, entonces algo está mal con los votantes, y con nosotros.
Me pregunto dónde quedó tanta fiesta e inversión al cine del Bicentenario y Centenario, dónde la oportunidad de producir algo 100% mexicano que fuera el plato fuerte que representara a México en todas las artes a lo largo y ancho del planeta. Tal vez tengamos que cruzar los dedos por Biutiful, tal vez tengamos que pedir al Oscar crear una categoría para mejor película hispana, o latinoamericana, o mejor aún, tal vez tengamos que dejar de preocuparnos por cuantas nominaciones y premios recibe nuestro país y dedicarnos a hacer buen cine, pensando que además el cine mexicano ya cuenta con buena aceptación, reconocimiento y proyección en festivales nacionales e internacionales.