Condenada al olvido, al menos por el momento, la Selección Mexicana Sub-22 perdió estrepitosamente (3-0) ante Venezuela el sábado por la noche. Antes de ver ese partido, pensaba dedicar estas líneas al color que ya se empieza a ver en México por la inminente celebración del Mundial Sub-17. Las delegaciones van llegando de a poco. Los ingleses lo hicieron con un atuendo impecable. También con traje lo hizo Burkina Faso, aunque menos elegante. Un jugador alemán se tomó la foto con un policía federal en el aeropuerto de México, mientras en Torreón ya se encuentran Uzbekistán y los Estados Unidos. Así se va poblando la nación que será anfitriona de un torneo internacional.
=mas=
Pero mientras esto sucede, en Estados Unidos la Selección Mexicana mayor les da un paseo a sus rivales de menor jerarquía. Los golea sin problema y se enfila como el claro favorito a levantar nuevamente la Copa Oro, por encima del local, Estados Unidos, que ha mostrado una cara desconocida. Ni Costa Rica ni Canadá parecen fuertes contendientes para los nuestros, quizá sean Panamá y Jamaica los obstáculos más serios que encuentre el Tri en su camino hacia el título.
Estos triunfos, lejos de las carnes asadas y unas “chelas” bien “muertas”, no me saben a nada. No dejaré de criticar a los mexicanos que transmiten los partidos de los mexicanos, que se vuelven locos con una buena exhibición del Tri en un torneo de baja calidad (algunos hasta les dan las “gracias” a los jugadores en plena transmisión). Un día antes del partido ante Costa Rica, la Sub-22 disfrazada (parchada con cinco mayorcitos) perdió en un partido que ni siquiera tenía en mi agenda. Amistoso, sí, pero de preparación para la Copa América que se jugará el próximo mes.
Yo no sé si exista otro país en el mundo donde juegue su selección dos días seguidos y se las vendan como la “Mayor” y la “Sub-22”. Así, tuvimos partidos de México el sábado y domingo. Este teatro se arreglaría fácil: o se queda México en la Concacaf para levantar copas en torneos mediocres, o se pelea para competir en Conmebol, donde el roce sería más duro, y seguramente los triunfos menos. Donde México dejaría de ser un gigante de papel. Obviamente, esta no es una opción para la Federación Mexicana de Futbol, que perdería muchos billetes verdes de los paisanos que llenan los estadios de nuestro vecino incómodo. Además de que, ahora sí, la calificación a los mundiales mayores estaría en riesgo constante.
Me despido, chao!
Nota: busque la versión de audio en los podcast de: www.siglotv.com
Uzbekistán en el Estadio Torreón.
Burkina Faso
Inglaterra
Las porritas del Heat de Miami… aunque ganaron los Mavericks