En lo dicho, todos los equipos necesitan dirección. No por contar con grandes figuras, Santos camina solo. Diego Cocca ya llegó a cuatro partidos con los Guerreros y los cuatro se traducen en derrotas. No se le pueden borrar datos a sus estadísticas. El argentino aceptó sentarse en la banca de un equipo de futbol el mismo día de su presentación; desde ese momento asumió la responsabilidad que implica estar en el banquillo. Se entendía que los resultados podrían tardar en llegar, pero fue el mismo Cocca quien aceptó perder en su debut, un debut precipitado con el Santos.
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Bien pudo el equipo, y el mismo Cocca, sugerir que un técnico interino salido del club dirigiera algunos partidos mientras el nuevo se empapaba de actualidad; incluso se pudo tomar todo lo que le restaba al torneo, pero le quisieron hacer al Tarzán.
Cuando Cocca asumió la dirección técnica del Santos, y ante las interrogantes de los periodistas, uno de sus argumentos fue decir que conoce a la institución desde que ésta se formaba (imagino que se refiere a la época de Alejandro Irarragorri como presidente); fue por el inicio de esa etapa cuando Cocca se paseaba por las instalaciones de Santa Rita para aprender directamente de un equipo de la Primera División mexicana. Luego dirigió en Argentina.
Hace 15 días, cuando corrieron a Romano, pensaba que su mentada le había costado caro. Hoy, toda la comunidad santista está pagando luego de aquel gesto poco amable del entonces entrenador albiverde. Se le reclamó a Rubén Omar por la falta de respeto, entre otras cosas, y por no debutar jugadores en el primer equipo (algo por lo que durante toda su carrera se había caracterizado). Pues bien, ahora Cocca se conduce con mucho respeto y buena cara; y ya debutó al primero (y que de seguro no será el último), Gustavo Adrián Ruelas.
Y por si algo faltara, hace su intento por llevarse bien con la prensa, con la que convivió en la tradicional “pica” entre cuerpo técnico y representantes de los medios de comunicación… algo que con Rubén Omar no se dio.
Los primeros pasos están dados. La directiva puede sentirse satisfecha. Ya sólo queda esperar a que los triunfos lleguen al equipo de la Comarca.
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Me despido, chao!