Existen películas que incursionan en más de un género cinematográfico con el fin de explorar a fondo la riqueza de cada propuesta. Mientras algunas lo logran con mayor destreza, muchas otras se pierden en el intento tras la sobreexplotación de los parámetros y reglas que sigue cada género.
Muchos de los personajes, en cualquier película, diferencian sus voces para aportar un punto de vista distinto y único a las situaciones y desarrollo de la película. Por ello, por ejemplo, incluso las películas de acción cuentan con un personaje que aporta la dosis de comedia u otro para la dosis de seriedad y responsabilidad, independientemente de los papeles del héroe y villano de la historia.
Po otro lado, algunas películas anexan una dosis mayor en su tono para dar un mejor énfasis al enfoque del proyecto; por ejemplo, Zombieland (EUA, 2009), aunque se trata de una película dentro del género de terror sobre un grupo de personajes que huyen de los zombies, cuenta con innumerables situaciones cómicas que se ríen del mismo género, además de aportar su propio toque de diversión.
También existen otro tipo de películas que se alimentan de más de un género cinematográfico, añadiéndose en la propia manera de contar una historia. Muchos de estos guiones son construidos a partir de convencionalismos que se combinan en un mismo modelo o estructura. Por ejemplo, Priest-El Vengador (EUA, 2011), película que sigue las aventuras de un sacerdote que ha sido entrenado para destruir a los vampiros que han obligado a la sociedad a vivir en ciudades amuralladas. Combinando temáticas que van desde el viejo oeste, hasta ninjas, vampiros y escenas de acción, la película recrea demasiadas situaciones antes vistas y su espectacularidad se convierte más bien en una repetición y copia de anteriores trabajos llevados a la pantalla (producto de la forma en la que se construyó el comic en el que se basa el guión).
Otras películas han incluido la tecnología en el desarrollo de sus proyectos, siendo la combinación de géneros una oferta que explote por más la propuesta visual que se extrae de éstos. Ejemplo ilustrativo de este caso lo constituye The warrior’s way-El destino de un Guerrero (Nueva Zelanda, 2010), que al contar la historia de un guerrero que huye de China y se esconde en un pequeño pueblo de Norteamérica, se encarga de crear y mostrar peleas bien coreografiadas entre ninjas, pistoleros y expertos en el manejo de los cuchillos. Bunraku (EUA, 2010), por otra parte, construida bajo la esencia de películas de gangsters, se desenvuelve bajo un tono oscuro y fantástico aportado por su tinte parecido al comic, la acción, la ficción y la fantasía. Aunque visualmente imaginativa y atractiva con un grupo de personajes que se acoplan con los diferentes géneros que se presentan, la película carece de una meta clara por alcanzar que motive el propósito de sus protagonistas.
Quienes han tenido mayor éxito entre los que buscan la combinación de géneros han sido los británicos Nick Frost y Simon Peg. Con Shaun of the Dead-El Despertar de los Muertos (Reino Unido-Francia-EUA, 2004), Hot Fuzz-Súper policías (Reino Unido-Francia-EUA, 2007) o Paul (EUA-Reino Unido, 2011), han demostrado que el entretenimiento y el buen cine van de la mano con la originalidad y la capacidad de imaginar de manera innovadora. Con el propósito de no caer en escenarios comunes y de dar un giro a los géneros ya gastados, los proyectos de estos personajes se destacan por su visión única. Aunque para muchos se trata de sencillas parodias que toman con ligereza la estructura establecida por otros géneros, e independiente de lo dicho por la crítica respecto a estos proyectos, las películas en las que han participado han dado pie a otros cineastas para crear su propia visión y cultivar gusto por el cine, además de permitir ahondar dentro del mismo género de la parodia y la comedia.
Aportaciones al arte como estas son algunos ejemplos de aquellos que se han adentrado en la reinvención del cine. Algunos con mayores y mejores resultados que otros, pero todos demostrando que, por fortuna, las limitaciones dentro de la mente son inexistentes cuando se trazan a distancia infinitas, y que el derecho a imaginar, experimentar y crear es una puerta abierta para todos aquellos que se apasionen por el bello arte de la cinematografía.