La fiesta del Mundial Sub-17 llega a su mejor etapa. Ya sólo quedan cuatro en busca del título… los demás se han ido.
Salieron de Torreón y la “suerte” se terminó. Uzbekistán, el rival con nombre más “raro” del torneo (quizá Burkina Faso le hizo sombra en ese aspecto), tuvo su sede en nuestra ciudad y desde el primer encuentro recibió el cobijo de la afición.
El primer resultado no fue favorable para la causa (1-4 ante Nueva Zelanda), y a pesar de eso, para los siguientes encuentros el apoyo seguía ahí, cada vez más fuerte. Luego llegaron los triunfos y sobraron razones para sonreír.
Timur Khakimov, delantero de Uzbekistán
=mas=
Cuando se dio a conocer qué equipos jugarían en Torreón, parecía que el Grupo D era el más desfavorecido. Ni Argentina, Brasil, Alemania, Francia, Holanda, México o Inglaterra tendrían sede en esta tierra (salvo el partido entre ingleses y uruguayos que por cuestión de “empalme” de horario se trasladó aquí en la tercera fecha de la primera ronda). Los que a los partidos fuimos, tuvimos pronto que decidirnos por un “favorito”. Y los elegidos fueron los uzbekos y la República Checa. Los primeros se contagiaron del buen ánimo y ya entrados en confianza, comulgaron con la tribuna, en la que podía haber playeras santistas, tricolores o de cualquier equipo nacional o internacional, pero casi todos los gritos de apoyo estaban del lado de los asiáticos. Los checos no pudieron responder y se fueron pronto.
Aficionados laguneros en apoyo a Uzbekistán
Uzbekistán, líder del Grupo D en la cancha y fuera de ella, fue eliminada por Uruguay en Monterrey. El Estadio Universitario de los Tigres, tan lejos de las grandes glorias desde hace muchos años, no les vino bien. Sin el equipo local adoptado, La Laguna ahora recibirá a la Selección Mexicana en semifinales, el próximo jueves a las 6:00 de la tarde.
Carlos Fierro celebra el gol definitivo ante Francia en cuartos de final
Una vez más son los menores los que nos hacen soñar. Enfrente tendrán al rival más duro, Alemania. Los europeos sólo han sabido ganar en el presente campeonato (al igual que los tricolores). Han anotado en 18 ocasiones a cambio de apenas tres pepinos. Sin embargo aún no se han enfrentado al calor de la Comarca ni a un estadio en contra. Mientras que México no debe olvidar que para ser campeón, primero hay que derrotar a Alemania.
El alemán Samed Yesil festeja ante los ingleses
Decio de María y Justino Compeán, máximos dirigentes de nuestro futbol, llevan la razón… “México jugará aquí (Torreón) la semifinal, y de aquí nos vamos al Azteca”, anticiparon el viernes 28 de enero de este año, día que presentaron el logo del Mundial en esta ciudad. La primera parte ya está hecha. El resto está por verse en un estadio que, por primera vez en lo que va del torneo, seguramente estará a reventar.
Me despido, chao!