Aún retumba en mi cabeza la voz de mi hermano diciéndome que debería escribir una historia sobre perritos, que debería basarla en las aventuras de nuestro perro labrador y sus destrozos en el jardín, o que incluso debería hacer un documental acerca de su vida. Pero mientras en su momento me pareció una idea descabellada y una muestra de afecto incondicional a nuestra mascota más que una propuesta real, ahora pienso que es un plan maestro que deberé llevar a cabo lo más pronto posible.
Escuché aquella sugerencia de dar a nuestro perro poderes especiales o algo parecido, algo más allegado a Máscara Can de Mucha Lucha y más alejado de Mister Can. Así que, cuando por fin comencé a estudiar guion, me di cuenta que las historias familiares son algo que me gustaría hacer, además de que dejan una buena remuneración cuando están bien hechas; entonces salió en cartelera aquel proyecto titulado: Bolt (EUA, 2008).
Demonios, me dije. ¿Cómo es que pensaron la misma idea que nosotros?(o que mi hermano para ser más exactos) Unos días después, mientras caminaba por la zona turística de donde vivía, pude percatarme de la gran cantidad de personas paseando a sus perros, jugando con ellos, descansando con ellos, hablando con ellos. Entonces me di cuenta que las mascotas significan más de lo que imaginamos y tienen un gran impacto en nuestras vidas, tal vez más de lo que quisiéramos aceptar. Porque hasta Clark Kent tiene a Super Can y Birdman tiene a Vengador. Porque nunca falta el cliché de la señora con ochenta gatos, o el clásico niño que se hace amigo de los animales.
Me pregunté entonces si yo vería un documental sobre mi perro. ¿Por qué no? Cuando la fiebre por los pingüinos llegó no sólo bailaban, cantaban y hasta nacían-crecían-morían, sino que se convirtieron en parte esencial de la descripción de las vivencias humanas. Por ello me dediqué a investigar películas en las que los perros fueran las estrellas; por supuesto las más fáciles de recordar para mí fueron La Dama y el Vagabundo o Mi Perro Skip. Pero con un poco de investigación en la red llegué a darme cuenta que la idea provista por mi familia no era tan novedosa como pensábamos. Porque a la lista se unen: Frío de Perros, 101 Dálmatas, Rescate en la Antártida, , Marmaduke, Balto, Un Perro de otro Mundo, Beethoven, Un chihuahua en Beverly Hills, Un papá de pocas pulgas, Un perro bombero, Hotel para perros, Colmillo Blanco, Socios y Sabuesos, Marley y yo, La verdad acerca de Perros y Gatos, Hachiko, y muchas, muchas otras más que hay por ahí.
El común denominador de estas películas es que los perros son el acompañante, seguidor, amigo y confidente de los protagonistas; en algunas ocasiones el perro es el principal protagonista, aunque en la mayoría es el conductor, pegamento o conector de la historia. Nuestros perros son los perfectos Robins para nosotros los Batmans. No es casualidad que en casi todas las personas que conozco, en algún punto descubrimos nuestro oscuro secreto: todos vemos “El encantador de Perros”, ese programa de tv que nos enseña a educar a nuestras mascotas.
He visto programas especiales y detrás de cámaras en los que se habla de cómo es trabajar en set con un animal, de su entrenamiento, su educación, su trabajo, su remuneración; y no es nada fácil, son tratados como estrellas artísticas con un papel que desempeñar y un trabajo en la película, y bueno, finalmente eso son. Una amiga llevó a su perro para ser parte de un cortometraje y como remuneración ella recibió un monto económico por el trabajo desempeñado por su mascota. La siguiente vez que la vi nos juraba que gastó el dinero comprándole premios y una nueva manta a su perro y que no gastó ni un centavo en ella.
Muchas películas despiertan sentimientos en las personas, nos hacen reflexionar sobre la vida, las personas y nuestras propias decisiones. Respecto a los animales y mascotas, he de confesar que Colmillo Blanco fue la primera película que al terminar me hizo correr a darle un gran abrazo a mi mascota, por lo que me propongo desarrollar una historia con un perro como protagonista, en su honor, agradeciendo su apoyo incondicional como mi acompañante favorito y mejor oyente: nuestro perro. Espero que con esto en mente, hoy lleguen a casa a recibir con gran efusión a sus mascotas, porque ellas siempre nos reciben con una gran “sonrisa”.