Una semana larga para Santos Laguna terminó en un insultante empate en Monterrey (otro partido no digno para ser transmitido por televisión abierta). Lo dijo José Ramón Fernández en el Estadio Corona durante la noche del viernes “México no debería pasar todos los partidos de la jornada, hay muchos de muy bajo nivel”.
=mas=
Una semana antes había pasado lo del cabezazo de Darwin en el juego de Cruz Azul por supuestas ofensas de tipo racial. De seis partidos de suspensión que le dieron originalmente al colombiano, se le redujo a cuatro, y ¿dónde quedó el castigo que pedía Santos para cuatro integrantes de La Máquina que participaron en el penoso zafarrancho? En el mismo lugar donde terminó la petición de inhabilitación para Martín Romagnoli, del Toluca, por lesionar a Fernando Arce. En la nada.
De lo del racismo en México, no creo mucho. Como dicen los que saben y los que han pasado por la Primera División, en las canchas se dice de todo. Por ende, no es extraño que los insultos sean de todo tipo y cualquier color. Igual se mete a la familia, esposas, hermanas o mamás. A quien no entiendo es a Darwin Quintero. Dice que se siente orgulloso de su raza, pero cuando le tocan el tema se ofende y da cabezazos. Es válido perder la calma, como cualquier humano, pero pudo responder al mismo nivel y no pasaba nada. Si le dice a Rogelio Chávez: “a tu mamá así le gusta”, a lo mejor el expulsado era otro. Las cosas pasaron como sabemos y el afectado siempre es Santos. Pierde a un delantero, aunque sin puntería, desequilibrante. Luego pierde también a su portero titular y capitán por un casual accidente casero; más lo de Arce y Benítez, queda un equipo poco brillante.
El tema del supuesto racismo debe ser tratado por aparte. Es más preocupante la discriminación social que se vive a diario en el país entre las clases; esa tremenda indiferencia ante la pobreza económica y educativa. Que un jugador y otro se rompan las medias en el campo no es motivo de alarma. Tan es así, que siento que hablo de algo que pasó hace mucho, porque en los últimos días ya no he escuchado comentarios al respecto.
Luego de la polémica, vino “Joserra” al TSM. Y ahí, sentado junto a Irarragorri cuestionó al futbol mexicano, tan sumido en su mediocridad. El presidente del Santos, como buen centinela de sus intereses, trató de defenderse. Y luego de reconocer que ha sido tema de charla en ESPN durante las últimas semanas, manifestó su deseo de que se hablen de otras cosas sobre el Santos. Algo debe andar mal para que luego de disputar dos finales en un año, ahora, cuando se hable de Santos sea de: despidos injustificados, pobres contrataciones, consultas con el dentista, raras lesiones, castigos, suspendidos, racismo, supuestas disputas internas, donde, repito, el que pierde siempre es Santos.
Entre tanto, parece que lo menos importante ya es lo que vimos el sábado en la tele, desde el Estadio Tecnológico, que ni siquiera llega a una caricatura. Un partido de Tercera División es más intenso, no parecía ni un amistoso de pretemporada. Santos, plagado de ausencias, hizo lo que pudo con lo poco que tenía. Monterrey, sobrado de hombres, guardó a seis de sus mejores y paró un cuadro sin ganas.
A pesar de todo, Cocca dijo salir satisfecho y no pierde la fe en calificar a la Liguilla. Así como su presidente no pierde la fe en él.
Nota: Puedes buscar la letra impresa en la edición del lunes en La i Laguna, o escucharla de viva voz en el podcast de www.siglotv.com
Me despido, chao!