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Universo del Planeta de los Simios

Diana Miriam Alcántara Meléndez

En una época en que la ciencia ficción surgía como una fresca ola de historias fantásticas que combinan imaginación y realidad, se estrenó la primera de la que sería una franquicia, cuyo complejo y enriquecido universo se convertiría en un todo de referencias culturales, científicas e históricas, una película cuyo título lo explica casi todo: El Planeta de los Simios (EUA, 1968).

La historia de unos astronautas que viajan al espacio, lo suficiente para llegar a un planeta en el que los simios son la raza dominante, es la primera de una saga de la que se desprenden cuatro secuelas: Regreso al Planeta de los Simios (EUA, 1970), Huída del Planeta de los Simios (EUA, 1971), La Conquista del Planeta de los Simios (EUA, 1972) y La Batalla por el Planeta de los Simios (EUA, 1973); un remake (en 2001), y ahora una reinvención de los hechos con el estreno de Rise of the Planet of the Apes [El Planeta de los Simios (R)Evolución] (EUA, 2011).

Existen dos maneras de juzgar esta película; la primera como un proyecto unitario cuya historia debe ser analizada de principio a fin y sin más; la segunda, la relación que guarda ésta con el resto de las películas y la cronología que se ha establecido a lo largo de las secuelas surgidas a partir de la premisa original.

Como película independiente, el resultado es un filme entretenido que cuenta cómo un científico, en su búsqueda por encontrar un medicamento que cure el Alzheimer, enfermedad que padece su padre, crea una sustancia que desarrolla inteligencia en el cerebro de los simios en los que la droga ha sido probada. Tanto los fanáticos de la saga como los nuevos interesados en el tema pueden deducir la resolución de la historia, asumiéndola como una película en donde lo importante no es el punto al que se llega, sino el camino recorrido. Sin embargo esta obviedad de la estructura crea ciertos momentos faltos de drama en donde incluso la película se vuelve lenta.

Afortunadamente se exploran un vasto número de temas como la ética, el trato a los animales, la ciencia, la educación, y la evolución misma, culminando como principal mensaje de la película una crítica respecto a los avances tecnológicos y sus repercusiones en la naturaleza, global y humana. Si bien los personajes de la historia, sus acciones y la forma en que la narración avanza tienen potencial para explorar a fondo los temas, lo cierto es que en algún punto de la película se pierden, se desperdician, provocando que ni la acción ni los efectos especiales sean suficientes para generar lo que se consideraría como una gran película. Por ejemplo, los científicos, inversionistas, cuidadores o veterinarios que toman parte en la historia no encuentran su razón, y peor, si la tienen, su peso dramático y trascendencia en el desenvolvimiento de la trama no es lo suficientemente explorado.

Esta carencia de pequeños detalles es lo que sus predecesoras lograron ahondar exitosamente, en especial la película original. Es entonces cuando se juzga que esta nueva entrega desmerece en relación con el resto de la franquicia. Los diálogos y debate respecto a la fe, la humanidad y las sociedades están presentes en la película protagonizada por Charlton Heston en 1968, así como el análisis sobre las consecuencias que el hombre toma en sus acciones de autodestrucción.

Existe entonces un pro y un contra sobre esta nueva versión en perspectiva con la cronología establecida por la franquicia; por una parte, se crea una nueva línea de hechos que llevan al hombre a terminar con su existencia como la conocemos y convierte a los simios en una raza superior; por otra, existe un cruce de sucesos que llevan a cierta incoherencia en la lógica temporal en la secuencia de este universo. Espacio y tiempo, base de toda narración, en el original se explican por viajar a velocidad de la luz en estado de hibernación. Aquí la evolución se propone lineal.

En la cronología original es el hijo de dos simios inteligentes, que han viajado a la tierra, quien comienza la rebelión de los primates; algo que se contrapone con lo que se cuenta en la nueva versión recién estrenada. Sin embargo, la nueva versión de los hechos encuentra su hilo con la película original y, por lo menos, rinde homenaje a la misma con diversas referencias. Por ejemplo, el cuidador de los simios en la reserva, personaje interpretado por el actor Tom Felton, es nombrado a partir de dos de los cuatro astronautas que llegan al planeta de los simios, Dodge y Landon.

Hay quienes sentirán esta nueva versión como el resurgimiento de la historia, vista desde otro punto de vista, que encuentra una nueva manera de contar los hechos; así como también habrá quien reproche por la contraposición y choque de ambas líneas del tiempo.

De cualquier forma estamos ante el resurgimiento de una premisa que invita a la reflexión sobre temas importantes y vitales para el hombre: la tecnología, la apropiación de la naturaleza, la ciencia experimental con sus conflictos éticos ante hombres y animales, el carácter voraz de las grandes empresas, entre otros. Ya sea que se trate del inicio de una nueva trilogía, (más-menos películas) o de un nuevo largometraje lanzado como un novedoso proyecto existente en el universo simio, y no como un remake, “El Planeta de los Simios (R)evolución” cumple con entretener, plantar un mensaje y dejar al espectador intrigado por el pasado, presente y futuro tanto de la saga como del universo planteado, viable, posible y a considerar.

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