"Jugamos como nunca pero perdimos como siempre". Me dijo un español en tierras Coreanas en el 2002, acababan de ser eliminados sorpresivamente en penales por los locales después de un polémico partido, la instancia fueron los cuartos de final, que era lo que a los españoles estaban acostumbrados, no estaban ni cercanos a soñar con meterse a los 4 mejores de un mundial, ni mucho menos imaginaban en su mejor sueño ser campeones del mundo. Hoy España es el mejor equipo del mundo, bicampeón de la Eurocopa y campeón mundial defensor.
Su primer movimiento clave fue darle la Selección a un Luis Aragonés maduro y ya libre de prejuicios, convenció a los españoles de ganar con identidad propia y así ganaron la Euro 2008, ahí se cayeron todos los mitos, Aragonés se despide y viene el acierto de aciertos, nombrar a alguien como Vicente del Bosque, un hombre humilde que permite ser a sus jugadores las estrellas, libre de egos, Del Bosque es el mejor hombre para hacer equipos y la selección española ya no necesitaba un táctico, necesitaba un hombre que uniera al grupo y los resultados ahí están, campeones del mundo y hoy bicampeones de Europa. Sigamos su ejemplo, en México se sigue buscando un director técnico que sea la estrella, que el solo cargue con la presión y la responsabilidad de ganar, por eso después de casi todas las competencias internacionales regresa un villano que generalmente es el técnico y algún jugador escogido como el chivo expiatorio. Hoy en México se ha dado el primer paso que España dio hace ya más de diez años, crear una liga de elite que suba el nivel de nuestros jóvenes, los acostumbre a ganar, a competir cada tercer día y a librarse de pretextos y comodidades. Ojalá en diez años podamos estar hablando que el ejemplo español lo hemos seguido y los resultados estén a la vista.
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