Me quise poner a escribir una columna futbolera como casi siempre lo hago para ustedes los lunes amables lectores pero hoy para mi resultó imposible, sigo sin poderme sacar de la cabeza el nocaut de Juan Manuel Márquez a Manny Pacquiao de este sábado en la noche, sin pretender ser más que un aficionado más al boxeo, si soy de ver por lo menos las peleas más mediáticas y publicitadas y lo hago desde niño, teniendo como ídolo al gran JC Chávez.
La pelea de Márquez y Pacquiao IV parecía que iba a parecerse al final de las dos anteriores, a pesar de haber derribado al Filipino en el tercer asalto con un mortífero volado de derecha, el Pac Man ya había nivelado las cosas en el pleito y la cosa se veía complicada, pensé que transcurrirían el resto de los rounds con el mexicano intentando, su rival conteniendo y dando los mejores golpes para marcar 10 en las tarjetas, sin embargo, un Pacquiao que sabía le iba a ser difícil llegar hasta el final del combate con suficientes piernas, siguió atacando y en uno de sus embates encontró uno de los golpes más terribles que un servidor ha visto en el boxeo televisado. Un golpe bastó, la pelea se terminó en un suspiro cuando todos esperábamos la campana y el resto ya es historia.
El golpe de Juan Manuel Márquez ahí queda y así como mortífero fue ese a manera de metáfora se han dado iguales en la vida esta semana pasada. Miguel Calero cayó ante un golpe terrible que le dio su cuerpo y ya no pudo regresar, el gran Condor Colombiano ya es un ángel más y una leyenda del futbol, también de golpe se terminó la vida de Jenni Rivera, cantante grupera única en su género. Qué buena metáfora nos dio Márquez para recordarnos que la vida se puede terminar de golpe en un suspiro.
Con cariño para Antonio Carmona y toda su familia. Fuerza amigo.
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