Grace Kelly siempre fue sinónimo de elegancia, en pantalla o fuera de ella, lo que las personas recuerdan de esta actriz es el porte y delicadeza de una de las mujeres más emblemáticas del cine de los años de la época de oro de Hollywood.
Grace Patricia Kelly nació en Filadelfia, Estados Unidos el 12 de Noviembre de 1929, sus padres mantenían una buena posición económica y su padre, John Brendan Kelly, había sido medallista olímpico en la disciplina de remo.
Decidió ser actriz a temprana edad y aunque sus padres no congeniaban completamente con la idea, la joven se mudó a Nueva York para asistir a la Academia Nacional de Arte Dramático. Después de debutar en el teatro en Broadway y de tener papeles menores en algunas series de televisión, Grace Kelly se trasladó a Los Ángeles para probar su suerte en el mundo del cine.
En 1951 apareció en su primer papel cinematográfico en la película Catorce Horas (EUA, 1951) y al año siguiente trabajó junto a Gary Cooper en Solo ante el peligro (EUA, 1952), película western que la pondría en la mira de los productores de cine, así como del público.
Su siguiente película la encaminaría con paso firme hacia el estrellato. En Mogambo (EUA, 1953) compartiría créditos con Ava Gardner y Clark Gable, además de que su papel le daría su primera nominación al premio Oscar como mejor actriz de reparto.
Pero su consolidación se daría de la mano del director Alfred Hitchcock, con quien Kelly trabajaría en tres diferentes películas. La primera sería Con M de muerte (EUA, 1954) siendo este trabajo con el que reforzaría su calidad de estrella y con el cual mostraría claramente su habilidad actoral para sostener un papel protagónico. Su siguiente trabajo con este director sería La ventana indiscreta (EUA, 1954). Aquí la actriz compartiría escena con James Stewart y el producto como tal se convertiría en un referente cultural y cinematográfico en los géneros del suspenso y el misterio. La dupla volvería a trabajar en la película Para atrapar al ladrón (EUA, 1955), coprotagonizada por Cary Grant; las locaciones se realizaban en Europa, entre ellas Mónaco, lugar donde conocería al príncipe Raniero, con quien se casaría años después.
Otras películas de la actriz incluyen títulos como La angustia de vivir (EUA, 1954), por la que recibiría un premio Oscar, El cisne (EUA, 1956) y Alta sociedad (EUA, 1956).
Con una breve carrera la actriz se hizo de un renombre en Hollywood, en especial por su simpatía y calidez, comentarios usuales por parte de sus coestrellas y palabras que comparten con el público cuando se les pregunta por su opinión respecto a la actriz.
Al casarse con el Príncipe de Mónaco, Grace Kelly se vio forzada a abandonar su carrera en el cine para dedicarse a sus actividades como princesa. Dedicada a su familia y a su papel como importante imagen de la realeza, Kelly tuvo tres hijos (la Princesa Carolina, el Príncipe Alberto II y la Princesa Estefanía) y vivió el resto de sus años al lado de su esposo, sus hijos y su país adoptivo, realizando diversas actividades culturales y de ayuda social en nombre del reinado.
El 13 de Septiembre de 1982 la actriz sufrió un accidente automovilístico en una carretera cercana a Mónaco, al día siguiente, Grace Kelly murió al no poder recuperarse de las heridas sufridas.
Para algunos actriz, para otros princesa, Grace Kelly será recordada por su imagen, siempre delicada pero nunca sumisa. Ella logró convertir sus papeles en pantalla en una importante interpretación que sostenía y apoyaba tanto el desarrollo de la historia como el de sus otros protagonistas.
Aunque con una filmografía corta, tan sólo once películas, su trascendencia en el cine es única, ya sea interpretando a la esposa de un hombre alcohólico, dura y extraña, como lo hiciera en “La angustia de vivir” o en el papel de una joven estilizada e intrépida como el realizado en “La ventana indiscreta”; sin duda, siempre respaldada por su confianza y porte refinado, pero también por su disponibilidad e interés por trabajar.