Dicen los que saben que el sábado pasado la afición santista despidió a sus Guerreros con abucheos. ¿Cómo es eso posible?, me pregunto. Santos Laguna es el líder indiscutible del torneo mexicano y el sábado pasado ganó sin problemas a su rival en turno. ¿Será que esa afición lagunera, que no suele agotar las entradas partido a partido, se ha vuelto ya más exigente y aparte de ver triunfos, quiere ver goleadas y un futbol espectacular cada semana?
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Siempre he defendido el derecho que tiene el aficionado que paga un boleto para entrar al estadio a manifestar su descontento por el paso del equipo, y Torreón sigue siendo una de las plazas que más aficionados convoca en casa, pero, ¿abuchear al equipo después de un triunfo claro y cuando se mantiene en la cima? Raro, ¿no?
Entre los argumentos que escuché está que el equipo terminó jugando contra 9 rivales y que tenía para más. Puede que tengan razón; yo en cierto momento cambié el partido del sábado por programación de televisión abierta.
De igual forma se cuestionó a Benjamín Galindo cuando mandó una alineación alternativa contra Cruz Azul. Se dijo que “por qué poner a jóvenes en un partido complicado y no guardarlos para enfrentar al Querétaro en casa”. Pues bien, por ahora el tiempo le da la razón al “Maestro”. Santos venció a La Máquina de visita con suplentes y logró en casa una victoria con titulares ante los Gallos: seis puntos de seis; no hay mejor manera de encarar esta semana la semifinal de “Concachampions”.
¿Qué hubiera pasado si Santos perdía en el Azul con titulares y no ganaba en casa al Querétaro con suplentes?
Yo veo a Galindo más técnico que antes, con uno de los mejores planteles del futbol mexicano, serio aspirante al título de liga y al de Concacaf, y a una afición nerviosa, temerosa a perder otra final.
Yo me despido, chao!