Ray Bradbury (22 de agosto de 1920 - 5 de junio de 2012) fue un escritor norteamericano que se adentró en géneros como la fantasía, la ciencia ficción, el misterio y el terror. En su mayoría escritor de novelas, cuentos cortos y demás textos literarios, este autor también adaptó trabajos propios al formato de cine o trabajado en la televisión.
Bradbury fue de aquellos autores que exploraron el comportamiento humano en combinación con la sociedad y el todo exterior al hombre. Los elementos de ciencia ficción o fantasía le permiten al autor un cierto rango de creatividad y libertad de crítica objetiva que utiliza a fin de explorar, a manera profunda y sin dureza de juicio, las relaciones entre personas o entre personas y naturaleza.
Adaptar el contenido de sus páginas a la pantalla grande requiere de un gran esfuerzo por capturar el razonamiento y la reflexión del autor en sus historias. Es una constante que plasme el planteamiento de hipótesis y el estudio de las mismas a través de los personajes y situaciones que el escritor imprenta; por ello es que muchos de sus seguidores consideran que la industria del cine no ha logrado hacerle justicia al trabajo de este literato.
Fahrenheit 451 es un ensayo en forma de novela, ubicada ambiental y temporalmente en futuro distante, en donde la sociedad elige (o mejor dicho, el poder establecido) quemar libros, en donde el gobierno somete a los ciudadanos a un régimen del no pensar, enajenando y controlando a través de un medio audiovisual (la televisión) que mantiene a las personas en un estado de aislamiento, sumisión y pasividad. No obstante, en el seno de la misma sociedad existen elementos que oponen cierta resistencia (expresión soterrada de la lucha de clases) al proceso de aniquilación de la cultura que representa la quema de libros y que mediante la lectura y memorización trasmiten y reproducen las historias, anécdotas e interpretaciones que contienen los libros. Intento libertario para romper la enajenación.
La película por su parte (del año 1966), invita al público a reflexionar sobre la situación y a visualizar una realidad propia, pero dista mucho de lograr el impacto y análisis que sus personajes hacen durante el relato. No hace falta una gran producción, ni de actores de renombre, sino visionarios en el desarrollo de contenido al momento de profundizar en la evolución del guión, del diálogo y de los escenarios. Sin duda el guionista, el director y los actores deben asumir el reto de identificarse con los personajes para lograr expresar los sentimientos que ellos viven en el relato literario.
Cazador de dinosaurios (Reino Unido-EUA-Alemania-República Checa, 2005), por mencionar otro ejemplo, aunque un proyecto de bajo presupuesto, permite tomar especial atención al tocar temas como el llamado efecto mariposa o efecto dominó llevado a gran escala como se hace en esta historia. Aunque no se trata de la más grande película, ni de la más entretenida pieza cinematográfica, destaca por el mensaje que presenta, trabajo realizado por el escritor de la historia corta en que se basa la película, es decir, Ray Bradbury.
Pero el autor no se limitó a ver su trabajo en pantalla, también participó activamente en el proceso cinematográfico. Como escritor de guiones, formó parte de otros proyectos cuyas temáticas se encuentran relacionadas con los contenidos que a él como creativo más le interesaban, demostrando así su habilidad, conocimiento y aporte como escritor al mundo del teatro, la televisión y el cine.
Visionario en la literatura, pero en especial trascendente por el contenido de su trabajo escrito, ya sea a través de un personaje, un invento, una situación, una reflexión o una frase, Bradbury fue por mucho uno de aquellos que han dejado su marca en el arte. Con un toque que combina realidad e imaginación, pero siempre con un mensaje, una moraleja, o una reflexión de la vida misma, el trabajo de este autor vale la pena ser leído y visto con el fin de asimilarlo para uno mismo y para quienes se encuentran a nuestro alrededor.