Con la cantidad de películas que forman parte del grupo de remakes o reboots en el cine, siempre presente en Hollywood, pero tendencia en los últimos años, resulta difícil entender las razones por las que se decide retomar un concepto o una película y rehacerla en nueva versión de la misma. El origen del problema recae en que, aparentemente, ni los mismos productores saben la razón exacta por lo que esto ocurre; algo que se refleja en el tipo de películas que se estrenan en cine bajo esta denominación.
Un concepto se diferencia de otro por el tratamiento que se le da a las historias. En esencia, un remake, como su nombre lo dice, es tomar una película como base para hacer otra versión de la misma, es decir, rehacerla. Por ejemplo la película española de terror “Rec” que viera su remake hollywoodense en la denominada versión fílmica “Cuarentena”. Aquí lo que se hizo fue retomar una historia y realizarla de nueva cuenta con otro equipo de producción y otros actores. Como puede comprobarse, muchas de las tomas cuadro por cuadro son prácticamente copia calca de la original, lo que molestó a muchos de los fanáticos, pues apelaron la falta de originalidad de los productores de esta nueva versión. Mientras tanto cada equipo siguió su camino independiente en la continuación de la historia. Rec cuenta, por ahora, con dos secuelas vertientes del concepto, historia y personajes originales, mientras que la secuela de la versión norteamericana simplemente retoma la idea de un virus y lo traslada a otro escenario completamente distinto en su propia continuación fílmica.
Un reboot por su parte significa retomar una historia y contarla desde una nueva perspectiva. Por ejemplo las películas de Batman. En 1989 el equipo de Tim Burton adaptó a la pantalla grande la historia del personaje creado por Bob Kane y Bill Finger, incluyendo temáticas, personajes y situaciones que aparecían en las historietas propiedad de DC Comics. En 2005 otro personaje del mundo cinematográfico, el director Christopher Nolan, retoma a Batman como héroe y crea una nueva manera de contar sus orígenes y su evolución dentro de su propio universo tomando como base el comic y no la película o películas anteriores; esta nueva versión, este nuevo lanzamiento es el llamado reboot.
Ahora bien, la falta de originalidad y adaptabilidad en cualquiera de los dos casos es la mayor objeción que se le da al producto por parte de los espectadores. Como ejemplo está el lanzamiento en 2012 de la película “El sorprendente hombre-araña” en cuanto a su antecesora El hombre-araña de 2002. Aunque catalogada como un reboot en donde se prometía una nueva perspectiva de los orígenes de Peter Parker, lo que la audiencia recibió fue una leve variante de la historia estrenada una década atrás, con las suficientes similitudes como para referenciar a la otrora película y puntualizar los puntos concordantes entre ambas.
Cuando el material original en que se basan las películas es tan específico en su contenido, como una novela literaria por ejemplo, es difícil trazar la línea entre remake y versión de. Por ejemplo The girl with the dragon tattoo. La versión de 2011 de David Fincher está catalogada como una versión de la película sueco-danesa de 2009 que basa su historia en el libro escrito por Stieg Larsson; de ahí las similitudes pero también libertades en el cambio de varios elementos de la historia que la nueva versión se toma.
También pueden existir dos versiones de un mismo material literario sin que las películas como tal estén relacionadas entre sí. Por ejemplo los materiales cinematográficos existentes del libro El señor de los Anillos o de Las crónicas de Narnia. Algunas películas de bajo presupuesto, otras películas animadas, pero todas basadas en las páginas de los libros y no en el material cinematográfico previamente realizado. Otro ejemplo son las películas de El vengador del futuro, ambas toman como inspiración la historia corta de Philip K. Dick titulada “We Can Remember It For You Wholesale" (Podemos recordarlo por usted al por mayor), por lo tanto ambas versiones tienen elementos diferentes en su desarrollo, pues una no es remake de la otra.
De acuerdo con la forma en que una productora decide llevar a cabo un remake pueden entenderse dos principales razones por las que dichos trabajos se realizan. La primera es la de atraer a audiencias nativas al cine foráneo, es decir, traer al cine películas cuyo idioma original no sea el inglés, en el caso del cine de Hollywood. Por ello que muchos de los remakes realizados en este país sean de películas extranjeras, entre ellas se encuentran, Let the right one in (Suecia, 2008), Let me in en su versión de remake; Brødre (Dinamarca-Reino Unido-Suecia-Noruega, 2004), Brothers en Estados Unidos o Pour elle (Francia-España, 2008), The next three days en el remake. Otro motivo puede ser el de llevar a nuevas audiencias películas previamente realizadas, a fin de darles un nuevo enfoque visual, de contenido y frescura, por ejemplo Cabo de miedo, Temple de acero o Arturo.
Las mismas razones pueden aplicarse a todos los reboots o versiones de un mismo material literario. En una entrevista con los hermanos Coen respecto al remake de Temple de acero, los directores comentaron que sentían un gusto por la historia original y estaban interesados en llevar de nuevo a la pantalla grande un relato tan fascinante como ese.
Así, la pregunta sería si se agradece o no una nueva versión, reboot o remake, de una misma historia. ¿Qué tan necesarios son y qué tan importante es que sean bien manejados, originales y únicos? Es importante que los encargados de realizar estas películas estén conscientes que los espectadores son los suficientemente ágiles como para analizar y entender una película, y que, además, las comparaciones, según sea el caso, no pueden hacerse esperar. Con tino y responsabilidad la industria cinematográfica puede mantener la frescura requerida, de no ser así, siempre quedarán preguntas pendientes para los realizadores de películas pertenecientes a esta categoría.