Margarita Carmen Cansino (17 de octubre de 1918 — 14 de mayo de 1987), de nombre artístico Rita Hayworth, fue hija del bailarín español Eduardo Cansino y la también bailarina Volga Hayworth, de ascendencia irlandesa e inglesa. Esta gran influencia musical y de danza fue la base para la formación personal y profesional de la actriz, quien comenzara su carrera como bailarina, siendo por muchos años la compañera de baile de su padre en las presentaciones de trabajo.
Amigos, familiares y compañeros de Rita la describen como una persona amigable y alegre, pero de igual manera recatada y tímida, siendo precisamente el baile el medio por el que mejor se desenvolvía. De acuerdo con aquellos que compartieron la pantalla con ella, era el baile lo que más la hacía feliz, era bailando cuando una chispa se encendía en su rostro y dejaba ver, sin importar en qué momento de su vida estuviera, a una mujer feliz y llena de vida.
Su primer acercamiento a la industria cinematográfica se da principalmente por motivos económicos; el interés de Hayworth era apoyar en lo más posible a sus padres, en especial cuando el panorama económico de Estados Unidos se tambaleaba entre la primera (1914-1918) y la segunda (1939-1945) guerra mundial.
Después de varios papeles menores, Edward Judson, su primer esposo, la lanzó al estrellato tras utilizar sus conexiones en Hollywood e invertir en la promoción de Rita como actriz. Su contrato con Columbia Pictures y su primer papel importante en Sólo los ángeles tienen alas (EUA, 1939), dirigida por Howard Hawks, lograron que el público, como la productora misma, se dieran cuenta de la calidad de estrella que Hayworth podía ser.
Sin embargo, el prototipo de actriz que Rita debía cumplir estaba muy delineado por los productores de aquel entonces. El cambio de imagen y de nombre fue diseñado antes de que la actriz estelarizara su primer papel protagónico. Al parecer los empresarios buscaban dejar de lado su ascendencia hispana, por lo que la actriz comenzó a utilizar el apellido de su madre, además de que el estudio preparó un corte y color específico de cabello (además de la ampliación de su frente a través de tratamientos de electrodepilación) que cumplieran con los parámetros de imagen de las demás grandes estrellas del cine de aquella época.
Después de cambiar de estudio productor (ahora la Twenty Century Fox) y de estelarizar varias películas, algunas que incluso le dieron la posibilidad de demostrar su habilidad en el baile como la coprotagonizada por Gene Kelly, Las modelos (EUA, 1944), Rita Hayworth tomó el papel por el que sería recordada y catalogada por el resto de su vida.
Gilda (EUA, 1946) se convirtió en una película emblemática del género del film noir (cine negro), pero más que nada, Rita se convertiría en un ícono, tanto por sus movimientos sensuales como por su carisma en pantalla. El papel que representaba era el de una mujer enamorada de un amante pasado al que había decidido odiar. Este amor imposible y la relación de amor-odio difícil de explicar y entender fueron una combinación que la actriz sacó a flote gracias a una interpretación tanto vivaz como triste, tanto cálida como fría, de acuerdo con el estado de ánimo y situaciones por la que atraviesa Gilda durante la película, demostrando así el poder interpretativo de la actriz en pantalla.
El número musical en el que Hayworth interpreta la canción “Put the blame on Mame” es conocido por el momento en el que la actriz se quita un guante y que, por si fuera poco, desató varias censuras en diversos países durante años, sumado al afiche lanzado durante la segunda guerra mundial por la revista “Life” y popularizado entre los soldados durante su tiempo en batalla, pusieron a la actriz en un nivel de estrellato y fama del que difícilmente se pudo liberar y con el que no siempre estuvo cómoda.
Rita buscó a través de su filmografía papeles dramáticos y serios que le dieran crédito por su capacidad actoral; ésta fue una de las razones por la que buscara financiamiento para el proyecto de su entonces segundo esposo Orson Welles titulado La dama de Shangai (EUA, 1947). Además de más tarde estelarizar películas como Los amores de Carmen (EUA, 1948), La dama de Trinidad (EUA, 1952), Pal Joey (EUA, 1957) o Mesas separadas (EUA, 1958).
De acuerdo con sus allegados, la actriz siempre sostuvo una postura valiente y fuerte frente a la prensa, incluso a pesar de sus fracasos matrimoniales. El príncipe Ali Khan fue su tercer esposo, con quien tuvo a su segunda hija, Yasmín Aga Khan (su primera hija fue llamada Rebecca y su padre fue Orson Welles). Durante este matrimonio Hayworth dejó la cinematografía para dedicarse a su familia, pero tras la separación de la pareja y con la necesidad de mantener a sus dos hijas, la actriz regresó a Hollywood. También se casó con el actor Dick Haymes y más tarde con el director James Hill.
Después de enfermar de Alzheimer y tras la dificultad que representaba para ella recordar sus diálogos, la actriz se dedicó a viajar y pasar tiempo con su familia, afligida, según su ellos, por tener que poner fin a su carrera en el cine.
Rita Hayworth hizo el trabajo suficiente como para encantar al público. Rita fue más que una actriz o un afiche, fue una mujer con quien las personas se identificaban. Su trabajo en pantalla y fortaleza frente a la cámara quedan para la posteridad, así como también la convierten en una de las más grandes actrices de su época.