Sufren porque quieren

Cuando parecía que el calendario se le ponía “a modo” al Santos, aparecieron las Chivas. Luego de perder su primer partido del torneo (en Morelia) y tras el sufrido empate en casa ante Monterrey, los equipos “pichones” se formaron para enfrentar a los Guerreros, que de haber sido líder general ahora ocupa el sexto puesto.

Así de volatil es el futbol mexicano. Donde, como dijo el santista Marc Crosas, “cualquiera puede ser campeón”.

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El español, que tan grata impresión causó tras jugar su primer partido como titular, fue mandado a la banca ante el regreso del “Chato” Rodríguez. Contra Chivas entró de cambio, y entre otros destellos, puso un gran pase para el gol que daba esperanza a los albiverdes.

Al final, Hérculez Gómez, el otro jugador que llegó para este torneo, falló el penal que hubiera puesto el empate en el marcador. Hérculez, el mismo que hace días dijo que desde su llegada a México le había faltado regularidad, el que anotó de tiro libre a Dorados en partido de pretemporada, el que compartió un título de goleo con el “Chicharito” Hernández. El domingo, ni la suerte ni el buen tiro estuvieron de su lado.

Benjamín Galindo, que ahora suma tres partidos sin ganar, explicó que él había pedido que cobrara Carlos Adrián Morales, blanco recurrente de críticas en La Laguna. Pero al estadounidense “le ganaron las ganas”.

En partidos anteriores, los Guerreros habían contado con fortuna, la que el domingo se pintó de rojiblanco; las Chivas algún día tenían que ganar.

En ese calendario que parece “a modo”, Santos recibirá a San Luis el próximo sábado, equipo que tiene seis partidos sin ganar y que estrenará director técnico. Luego repetirán en casa ante Puebla, que está en el lugar 13 de la clasificación.

Si los Guerreros no regresan a los primeros puestos pronto, es porque no quieren. Por que no hay duda que tienen con qué hacerlo.

PD. Felicidades a El Siglo de Torreón en su noventa aniversario y a SigloTV en su primero.

Material disponible en audio en: http://www.siglotv.com/siglotv/podcast/

Yo, me despido: chao!