Django es un esclavo que ha sido apartado de su esposa. El escenario es el sur de los Estados Unidos y el año es 1858, una época de transición para el país norteamericano, años previos a la Guerra Civil o Guerra de Secesión en donde las ideas sobre esclavismo chocaban entre partidos.
Pero “Django Desencadenado” es, ante todo, una historia de amor, una historia de libertad y una historia de venganza; la fuerza con que los personajes se adhieren a esta mentalidad es la razón más fuerte por la que el espectador puede reconocerse en los personajes y puede, relativamente, luchar a su lado durante su viaje.
Las aventuras del protagonista inician cuando un dentista alemán lo libera de su condición de esclavo para que le ayude con un trabajo. Este personaje, el Doctor King Schultz, es quien le da la libertad a Django para reclutarlo como ayudante en una labor de caza recompensas, asesinando prófugos de la ley y ganando dinero por ello. Obtener dinero matando esclavistas o blancos asesinos parece un incentivo bastante fuerte para quien siempre ha sido brutalmente explotado y humillado.
La habilidad de Tarantino, escritor y director del largometraje, es la de sorprender al espectador, no por sus giros ni por su narrativa, sino por la forma en que presenta dichas historias. Tarantino construye la película más allá de la estructura básica de los tres actos y, aunque tiende a alargar el relato, el resultado es una serie de aventuras acompañadas de extravagantes personajes y violencia gráfica extrema, elementos que, junto con un agudo diálogo, han dado sello característico al tipo de cine de este autor.
Christoph Waltz y Jamie Foxx ( Doctor Schultz y Django respectivamente), son, en la primera parte de la película, un dúo que lidia con acoplarse, entenderse, entretenerse y aprender uno del otro, pero en especial, son una pareja de opuestos que no terminan por sorprenderse de su compañía.
La película funciona porque lleva al extremo el género del western y le añade un tono ácido, sarcástico y violento. Tarantino sabe como exaltar la mente del espectador y utiliza sus estrategias a favor de la película. Waltz hace un gran trabajo interpretando a un sarcástico, inteligente y ocurrente Schultz, pero el personaje viene establecido en un guión propiamente imaginativo y dinámico, constantemente ácido y sin ninguna reserva ni restricción impuesta.
La siguiente etapa de la película lleva a los aventureros a comenzar una búsqueda por la esposa de Django, una esclava en manos de un empresario extremista, hacendado y esclavista. El plan, el rescate, las consecuencias y las peleas siguen su propia corriente y llevan a una serie de enfrentamientos, verbales y físicos, que determinan el destino de todos los involucrados.
El contraste a tal punto se alimenta del contexto ideológico y social en que la película se ambienta, de modo que Tarantino propone una historia llevada a los extremos a propósito, es la lucha entre personas, sus egos, y sus ambiciones lo que sobresalta a los personajes, pero es la postura ideológica lo que desencadena las diferencias y los conflictos entre estos.
Tarantino recalca la temática sobre venganza y libertad, otorgada o quitada, a favor de los intereses propios de los personajes, de las personas. El trabajo no es un mensaje ético ni mucho menos una historia sobre cambios y aprendizaje moral, se trata de un espejo que refleja un tipo de comportamiento humano que rebaza razas, épocas y culturas representado a través de la variedad de personajes y situaciones que en ella se presentan.
En conjunto el viaje de estos personajes es brutal, siempre arriesgado y constantemente violento, pero su mayor aporte como película es su estilo agudo, nunca indiferente de las oportunidades implícitas en su discurso. “Django Desencadenado” es un proyecto explícito, tanto verbal como visualmente, de allí la naturaleza de su gran impacto y su importante estela dentro del mundo de la cinematografía.
Ficha técnica: Django Unchained - Django Desencadenado