La magia del cine es una sorprendente bola de nieve que se hace más y más grande con cada vuelta que gira, con cada nuevo descubrimiento, con cada nueva fresca visión de la realidad en su combinación con la ficción. Cuando las primeras películas se alimentaron de herramientas cotidianas del mundo del teatro, el circo, las puestas en escena de magos, las luces, los disfraces y los trucos visuales y sonoros, una nueva ola de creatividad inundó el cine, que pronto se apropió e hizo suyo ese bagaje instrumental para extender sus posibilidades narrativas y de expresión.
Las películas de cineastas como Georges Méliès (1861-1938) estaban impregnadas de aquel pasado ilusionista que el cineasta ponía en práctica frente a la cámara. De este modo nacieron los primeros efectos especiales, es decir, trucos visuales y sonoros que evocaban algo, que alimentaran, ayudaran a la historia y a su desarrollo.
Estos trucos van desde la construcción de maquetas hasta el uso de vestuario o escenarios que den la ilusión o apariencia de algún mundo en particular. Películas de ciencia ficción o fantasía pueden construir ambientaciones espaciales a través de maquetas miniatura, pueden crear monstruos o criaturas fantásticas con el uso de materiales, vestuario, maquillaje e iluminación adecuada, incluso las películas de terror pueden ocupar maquillaje y prótesis sobre los actores para simular mórbidas imágenes por las que atraviesan sus personajes, cortes, amputaciones, deformaciones, etc.
La esencia de los efectos especiales es recurrir al uso de la astucia para representar lo requerido en una escena durante la grabación misma, en vivo. En esta categoría entran, por ejemplo, las explosiones de películas de acción o el efecto de hacer llover con especializadas instalaciones de tuberías sobre los escenarios, por mencionar algunos; efectos especiales consiste en simular momentos necesarios para la historia a través de metodologías adquiridas de otras disciplinas artísticas y técnicas.
Los efectos visuales, por su parte, se refieren a aquellos conocimientos y prácticas asociadas con la tecnología y que se trabajan durante el proceso de post producción. Estos efectos son adheridos a las imágenes y editados en computadoras haciendo usos de diversos programas de software (también por ello que algunos se refiera a éstos como efectos digitales). El trabajo realizado en esta área de la cinematografía incluye construcciones de gráficos y animación, de imagen en detalles como la iluminación, las texturas en escena y el tratamiento de color de los visuales, entre otras más. Por ejemplo, películas con batallas épicas en donde los largos y extensos planos muestran miles de personajes combatiendo entre ellos son tomas casi siempre realizadas por computadora.
Sin embargo, una técnica no va peleada con la otra. En muchas ocasiones ambos efectos se ayudan y complementan para dar tanto el realismo necesario, usando los efectos especiales, como la magnitud y fuerza visual que dan los efectos visuales para lograr la mejor forma de presentación posible de la película. Regresando al ejemplo de las batallas épicas, en películas como Troya o El señor de los Anillos, las escenas de primer plano eran realizadas por actores y extras para luego alimentar la imagen y complementar la toma adhiriendo más personajes al fondo de la toma por computadora.
Una explosión en una película de acción puede realizarse en vivo durante el rodaje y más tarde la imagen puede tener un tratamiento en la computadora para darle más espectacularidad a la escena, modificando la iluminación, el color y el alcance de la explosión, haciéndola lo más real posible, lo más apegada a una verdadera explosión (a diferencia de la simulada -y controlada- que se realiza en un estudio de grabación).
La comunicación entre departamentos es la clave para el éxito de esta área de la cinematografía, por ejemplo, el buen manejo y colaboración entre producción y dirección corre paralelo con el desempeño de ambos tipos de efectos. Ninguno de los dos géneros puede caer en la improvisación, ambos departamentos trabajan en conjunto y planean su labor desde el momento de preproducción de una película, concluyendo en el momento en que el producto final queda enlatado, listo para exhibición.
La decisión del trabajo debe ser planeada con gran detalle, el presupuesto y el equipo técnico necesario entre una y otra versión varía, así como los resultados de su trabajo. Hacer una película con demasiados efectos visuales puede ser tanto positivo como negativo, ya sea porque el trabajo no esté bien realizado, el resultado no sea creíble para el ojo humano o porque la técnica utilizada sea exagerada o sobre expuesta. De igual manera los efectos especiales no siempre pueden lograr su cometido, un efecto visual mal realizado puede hacer que la escena pierda credibilidad porque se evidencia el truco de simulación utilizado.
De una manera u otra, los efectos, en cualquiera de sus dos versiones, son punto de apoyo para la realización de una película; no importa de qué genero se trate o qué historia se esté contando, el trabajo de los visuales o los especiales es hacer lo mejor posible para la película, apoyarla, ayudarla y enriquecerla, un fin común compartido por todos los involucrados en la producción cinematográfica.