La forma: Casi 23,000 mil aficionados de los Tigres se desplazaron a San Luis y se adueñaron del Alfonso Lastras, pintaron con sus colores las gradas en territorio enemigo, un hecho inusitado para muchos extraordinario y fuera de serie, una fiesta del futbol que debemos celebrar y aplaudir.
El fondo: Se le permite a unos dueños de equipo pisotear una plaza que no les interesa, me refiero a los señores López Chargoy, quienes desde que adquirieron la papa caliente que dejaron los Nasser, hablaron de querer llevarse lejos de San Luis a los Reales. Me es imposible imaginar que esto pudiera suceder actualmente en la NFL o en la MLB donde jamás se le permitiría a un dueño o asociado so pretexto de obtener una taquilla en full terminar de matar una franquicia y una plaza que algún día funcionaron ¿Qué seriedad como dueños tienen los Chargoy? ¿Se le nota a La Liga MX un interés más allá de lo económico?
Otro aspecto es el riesgo de violencia, este sábado pasado aparentemente la Invasión Tigre pasó sin incidentes graves, mucho ayudó el desinterés y resignación a desaparecer de la afición del San Luis, sin embargo, esto en otras plazas no será igual, la Invasión lleva en su nombre la provocación para la afición contraria y esto tarde o temprano va a tronar feo.
Cuando detrás de una aparente fiesta llena de júbilo hay gente con la dignidad aplastada e intereses torcidos operando, en algún momento las consecuencias llegarán. Yo le digo NO a la invasión.
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