Por fin lo volví a ver, sinceramente el escenario futbolístico en el que más me conmueve estar es el Estadio Azteca, el también llamado Coloso de Santa Úrsula fue una vez más este mismo año sede de otra final, un lleno absoluto se podía palpar desde kilómetros antes de llegar al inmueble de Calzada de Tlalpan, a diferencia de hace seis meses, esta vez no había una asistencia notoria de la porra visitante, se puede decir que prácticamente todo el estadio estaba a favor de las Águilas del América confiados en poder por lo menos alcanzar en el global a los Esmeraldas del León, ya a pie buscando los lugares era lo que comentaba con otros americanistas que me topaba sin importar que no los conociera, el ambiente era optimista.
Pitó el árbitro y el América se echó encima del León, el poste le negó al Quik Mendoza abrir el marcador pero hizo que el ambiente subiera a mil, el optimismo se colocaba en sus niveles más altos cuando vino el primer descontón, Mauro Boselli me daba la razón (Cuando León lo ficha puse en un tuit que sería el fichaje del torneo) cuando menos quisiera tenerla y con una definición de Killer del área obligaba al América a hacer tres goles para forzar el alargue. El Azteca calló un momento pero rápido volvió en si para seguir apoyando, casi al final del primer tiempo estalló con el autogol de Nacho González, el descanso encontraba a todos con esperanzas renovadas, venía lo bueno, pensamos.
Arrancando el complemento la historia se escribió pronto, una falla de Raúl Jiménez más el segundo y definitivo descontón ahora de Nacho González que esta vez si la metió donde debía, dictaban sentencia, el Azteca enmudeció y ya no pudo despertar, todos sabíamos en ese momento que León iba a ser el campeón.
Se pueden decir muchas cosas sobre el partido, que si las fallas de Mina, que el árbitro, que el ritmo perdido del América por su participación casi institucional con el TRI, etc, etc... Lo cierto es que León es el justo campeón, supo meter la pelota y no perdonar, tuvo a delanteros a la altura de una final y eso realmente fue lo que hizo la diferencia, yo por mi parte me fui muy triste de mi querido Estadio Azteca, esta vez sin lluvia, sin emoción y sin campeonato, dicen y dicen bien que el Futbol da revanchas, veremos si la vida me regala otra posibilidad de vivir una final en ese espectacular y único estadio, señores... ¡VIVA EL FUTBOL!
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