Este 8 de octubre me invitaron a dar una plática en una organización que apoya a niños con cáncer, y en ella mencionaba la importancia de tener a Dios como centro de nuestra vida, ante cualquier vicisitud que se nos presente. Compartía que ya formo parte de la estadística de los nueve de cada diez matrimonios que se separan o divorcian y ahora lo puedo decir, compartir abiertamente, pues nunca me imaginé que algún día pasaría por ello.
Son ya muchas personas conocidas y cercanas que han o están pasando por el proceso doloroso de la separación o el divorcio. En nuestro estado de Coahuila se han incrementado en un 90% las solicitudes de divorcio y lo vemos con la gran demanda que tienen los retiros de Comenzar de Nuevo (CDN) que se imparten regularmente en la vicaría de la Diócesis de Torreón. Lo que he aprendido y lo que me ha ayudado definitivamente es estar cerca de Dios y sobretodo estar en el servicio, creo que no hay medicina o bálsamo más grande que servir, en vez de estar en la soledad lamentándote, teniendo dolor y culpas, sobre lo que ya pasó.
Es mejor tomar acciones, prevenir, y esto lo comparto para todos aquellos matrimonios o parejas que aún están juntas, con problemas o no, de cualquier manera funciona si nos aplicamos en conservar nuestros matrimonios. Aquí algunos tips que nos puede servir a nosotros los hombres, aunque puede funcionar también en las mujeres para tal propósito:
· Tener a Dios siempre como centro de la pareja, del matrimonio.
· Nunca dejar de cortejar. Nunca dejar de salir como cuando éramos novios. Nunca jamás creer que la tenemos asegurada. Nunca olvidar de que ellas nos eligieron, así que no podemos bajar la guardia con el amor.
· Proteger a nuestro propio corazón y amarnos a nosotros mismos. Pero reservar un lugar especial en nuestro corazón donde nadie más que nuestra esposa pueda entrar.
· Enamorarnos una y otra y otra vez. Siempre habrá cambios, tanto en ellas como en nosotros, y es por eso que ambos tendremos que reelegirnos todos los días. Cuidar nuestros corazones, si no ellas puede dárselo a otro y quizás nunca lo recuperemos. Siempre luchemos por ganar su amor tal como lo hicimos cuando las cortejábamos.
· Siempre veamos lo mejor de ellas. Enfoquémonos en lo que amamos y no en lo que nos molesta, y así nos daremos cuenta de que somos los hombres más afortunados sobre la Tierra por tener a esa mujer como esposa.
· No es nuestro trabajo corregirlas. Debemos amarlas tal como son, sin esperar que ellas cambien. Y si lo hacen, amarlas en lo que se conviertan.
· Hacernos responsables de nuestras propias emociones. No es trabajo de nuestras esposas hacernos felices, nosotros debemos buscar nuestra propia felicidad y cuando la encontremos, nuestra alegría inundará nuestra relación de pareja.
· Nunca culpemos a nuestras esposas si nosotros nos frustramos o enojamos con ellas. Son nuestras emociones y es nuestra responsabilidad. Cuando nos sintamos así, tomémonos nuestro tiempo y miremos hacia nuestro interior.
· Déjenoslas ser. Cuando estén tristes o molestas, nuestro único trabajo será abrazarlas y apoyarlas. Hacerles saber que las escuchamos, que ellas son importantes y que nosotros somos el pilar sobre el cual siempre pueden apoyarse. Así confiarán en nosotros y nos abrirán su alma. Nunca escapemos a esos momentos, quedémonos y seamos fuertes.
· Tomemos las cosas más ligeras. No nos tomemos todo tan seriamente. Riamos y hagamos que ellas se rían. La risa hace todo mucho más fácil.
· Llenemos todos los días su alma. Conozcamos las maneras en que ellas se sienten importantes, validadas y apreciadas. Pidámosles que hagan una lista con 10 cosas que las hacen sentir amadas, memoricémoslas y aplíquenoslas todos los días para hacerlas sentir como unas reinas.
· Hagámonos presentes. No sólo le demos nuestro tiempo, sino también nuestra atención y nuestra alma. Trátenoslas como si fueran nuestros clientes más valiosos, al que no podemos perder.
· Estimulemos su sexualidad. Dejemos que se derritan en su suavidad femenina, mientras sepan que puede confiar plenamente en nosotros.
· No seamos tontos, pero tampoco temamos serlos. Cometeremos errores, pero intentemos que éstos no sean demasiado grandes y aprendamos de ellos. No se supone que seamos perfectos, pero sólo tratemos de no ser tan despistados.
· Démosles su espacio. Las mujeres son buenas para entregar y entregar, y a veces necesitan que se les recuerde que se tomen el tiempo para ellas mismas, sobre todo si tienen hijos. Ellas necesitan ese espacio para renovarse, recentrarse y reencontrarse.
· Seamos vulnerables. Podemos perder nuestra entereza de vez en cuando, y compartir nuestros miedos y sentimientos.
· Seamos totalmente transparentes. Si queremos que ellas confíen en nosotros, debemos compartirlo todo, en especial lo que no queremos compartir. Quitémonos las máscaras y así podremos experimentar el amor en toda su dimensión.
· Nunca dejemos de crecer juntos. Cuando dejamos de trabajar los músculos, éstos se atrofian. Lo mismo ocurre con las relaciones. Busquemos metas comunes, sueños y visiones en las que podamos trabajar como un equipo.
· No nos preocupemos por el dinero. Trabajemos juntos y busquemos la forma de equilibrar las fuerzas de ambos para ganarlo.
Perdonemos de inmediato y concentrémonos en el futuro. Aferrándonos a los errores del pasado que nosotros o ella hayan cometido, es una pesada ancla que siempre detendrá a nuestros matrimonios. El perdón es libertad.
Siempre elijamos el amor. En definitiva, éste es el único consejo que necesitamos. Si éste es el principio que nos guía, nada amenazará la felicidad de nuestro matrimonio.
¿Y usted qué opina?
Hoy más que nunca es necesario destacar a aquellos héroes anónimos que hacen cosas buenas por nuestra Comarca Lagunera, aquellas luces en la oscuridad. Proponlos al programa del Grupo Industrial Lala, “Héroes que inspiran vidas”, en la dirección electrónica [email protected]
(Le comparto este tema: “Por ti me casare - Eros Ramazzotti”. Haga clic en la dirección de abajo:
http://www.youtube.com/watch?v=mWZ4RPAOU_c
Si aún no ha leído el artículo “Unos momentos y se acabó… la firma del DIVORCIO!!!”, se lo recomiendo en:
http://blogsiglo.com/archivo/531.html
Fragmento de “El Mensaje del Señor para ti…
“Te cuidare como a la niña de mis ojos, te esconderé en la sombra de mis alas y te protegeré de aquel que utilice la violencia contra ti. Mira dentro de lo más profundo de tu ser, porque ahí encontraras mi sabiduría y mi amor...”7 Despertar…es.
"Despertar...es"
Un encuentro contigo mismo
Un libro que una vez
que inicias, no podrás dejar de leer.
“QUIEN NO VIVE PARA SERVIR, NO SIRVE PARA VIVIR”
Germán de la Cruz Carrizales
Torreón, Coahuila. México
MMXIII