Los géneros cinematográficos son categorías que distinguen un tipo de película de otra, ordenando características comunes según sea su contenido y forma. Las primeras clasificaciones de las que se tiene documentación vienen desde la tradición teatral clásica griega: la comedia y la tragedia, siendo el primero un tipo de historia menos complicada y más amena, poniendo a la segunda en el opuesto, con un tono más denso y dramático.
Las artes, a partir de esta base, fueron creando diferentes ramas de la narrativita, encontrando en el proceso creativo que ello conlleva nuevas formas de aproximarse a las historias e incluso a las formas de contarlas y, por tanto, nuevas clasificaciones, nuevos géneros.
El estilo de una película o su formato puede determinar un tipo de cine, por ejemplo, el cine mudo, el cine en tercera dimensión o el cine infantil. Este tipo de categorías responden a clasificaciones sociales, esquemas propuestos para su fácil identificación, generalidades basadas en la hechura de una película y no en su trasfondo, de ahí llamar al cine en blanco y negro a todas las películas realizadas antes de mitad de la década de 1930, época en la que el cine a color se convirtió en una forma de comercialización de la cinematografía y/o en un nuevo atributo de las películas.
La manera más entendida en el cine para clasificar una película es su línea narrativa, es decir, cómo está contada la historia. Allí se encuentran géneros como: la comedia, el drama, la fantasía, la ciencia ficción, la acción, el terror, el suspenso o la aventura. Ejemplos de cada uno (siguiendo la secuencia): The Hangover (2009), Las horas (2002), Stardust (2007), Prometeo (2012), Rápido y furioso (2001), Insidious (2010), Tinker Tailor Soldier Spy (2011), Viaje al centro de la tierra (2008).
La combinación de géneros, es decir, la inclusión de diferentes estilos en una película, crea una división de subgéneros, o en algunas casos nuevas categorías, por ejemplo, el cine musical, categoría propia que denomina a todas las películas que contienen fragmentos musicales durante su desarrollo, sean en sí mismas historias cómicas, trágicas o de terror. Como ejemplo de subgénero se encuentra el cine de horror, que pertenece al cine de terror; mientras la categoría principal significa causar un miedo intenso, el horror sólo implica causar susto; dentro de la primera clase están las películas que juegan con la mente, la lógica de los hechos y la realidad, por ejemplo, las películas de asesinos seriales; dentro de la segunda categoría están las películas de monstruos o fantasmas.
Los llamados géneros híbrido son inevitables. Una historia no puede ser contada de manera vacía ni lineal, necesita verosimilitud y credibilidad, de ahí que dentro del horror, por ejemplo, esté la comedia-horror, películas que pueden llegar a ser parodias del cine de miedo. Los géneros híbridos pueden parecer una combinación perfecta, pero siempre un género predomina del otro según la historia que se quiera contar y cómo ésta se identifica del resto de la oferta cinematográfica. Pastiche es una técnica artística utilizada, entre otros en la literatura y el cine, que consiste en celebrar un estilo a través de la imitación y combinación de otros, por ejemplo Shaun of the dead (2004) dentro del género de películas de terror y como oda a otros largometrajes de la misma temática.
Por otra parte, algunas historias, por su forma, han logrado crear un género propio, ya sea por su ambientación, como el cine bélico, el histórico o el del oeste (el western), o por el mundo en el que se desarrollan y que en su temática exploran, por ejemplo el cine policiaco, las películas de deportes o el cine zombie.
De allí que parezca que algunas películas sean más de un tipo de género que otro o, en su caso, que una película nivele distintas formas narrativas en su desarrollo, ejemplo de ello, Iron Man 3 (2013) en su forma, contenido y tratamiento es una película tanto de comedia, como de acción y ciencia ficción, o Warm Bodies (2013) que es una historia de romance ambientada en un post apocalíptico zombie en donde la pareja se conforma entre una humana y un muerto viviente.
La determinación entre un tipo de género u otro es vital para la manufactura de la historia que, desde el guión, debe tener claro el tono, la estructura y la forma en que desea contar, tanto para ser coherente consigo misma como para trasladar el mensaje de la historia y la historia misma, satisfactoriamente, al lenguaje audiovisual. El espectador presencia un producto final que clasificará mentalmente de acuerdo con su conocimiento previo, es decir, con las películas y géneros que ha visto, creando así un ciclo, una forma de retroalimentación, entre público y cinematografía.