Con sensibilidad de verdugo o de matancero uno debe admitir que este nuevo descenso de Los Gallos Blancos del
Querétaro es totalmente merecido, por más que entre los seis torneos que se contabilizan estén éste en el que quizá queden en puestos de Liguilla y aquel glorioso semestre en donde después del cese de Gustavo Matosas y la llegada de Zlatko Petricevic, de la mano de José Saturnino Cardozo llegaron hasta las semifinales para ser eliminados por el que a la postre sería campeón, los Tigres de la U de Nuevo León. Son más los errores y manejos que rayaban en la risa lo que hoy tiene al Querétaro otra vez en división de ascenso.
El golpe mortal definitivamente fue Petricevic, un personaje oscuro del que escribí aquí cuando llegó, con dineros que jamás llegaron, Petricevic empeñó el futuro de Los Gallos y hoy pagan caro las consecuencias, jamás me olvidaré de las palabras del Croata quien decía que venía a hacer del Querétaro un equipo grande pero no grande como América y Chivas sino grande como el Barcelona y el Real Madrid. Leyéndolas hoy estas frases dan risa pero en su momento lamentablemente hubo quienes si se compraron sus espejitos balcánicos e incluso se tragaron esa de que Petricevic desechaba a Pippo Inzaghi por tener 39 años y que por eso no vendría a su equipo.
El saldo del golpe Petricevic fue de dos torneos con pésima producción que finalmente sentencian ésta historia, lo anterior aunado a decisiones llenas de ego como la de José Saturnino Cardozo de prescindir de Carlos Bueno, contratar y despedir 20 jugadores por semestre, traer a técnicos mafiosos como Sergio Bueno y nunca saber bien a bien quienes son los dueños del equipo, decoran el terrible panorama actual de la tumba de Los Gallos Blancos del Querétaro.
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