Existen películas que llegan a fallar en incorporar diferentes temáticas en su contenido, se convierten en distraídas combinaciones sin sentido, con demasiadas expectativas pero pocos resultados; otras, por su parte, son historias simples y planas que dan como resultado proyectos poco relevantes. Silver Lining Playbook, por el contrario, logra ser sutil en su mensaje pero fuerte en su contenido, creando un relato romántico pero enriquecedor dentro del tema de la aceptación y la sociabilidad.
Historia escrita y dirigida por David O. Russel, quien a su vez se basa en el libro homónimo escrito por Matthew Quick, tiene como protagonista a Pat (interpretado por al actor Bradley Cooper), un hombre que sale de un hospital mental a custodia de sus padres tras ser tratado por una ataque de ira causado por un desorden de bipolaridad. Mientras los padres buscan la estabilidad de su hijo, tanto en su vida personal como en su vida profesional, la única meta de Pat es recuperar a su ex esposa. Pero el proceso de rehabilitación no es un tratamiento pasajero, lo mismo que la naturaleza de la enfermedad mental. Entre una reconciliación consigo mismo a la par con la de sus semejantes, Pat debe balancear sus terapias con la aceptación de la situación de sus conocidos, cuyas impresiones de Pat respecto a la persona que era antes y la de ahora, logran divergir con lo que éste piensa de sí mismo.
Durante este viaje personal Pat conoce a Tiffany (interpretada por la actriz Jennifer Lawrence), una peculiar y obsesiva joven con su propio pasado, atormentada por la culpa y quien ha quedado viuda poco tiempo atrás.
Tiffany está dispuesta a ayudar a Pat a reencontrarse con su ex esposa, pero con la condición de que éste tenga en cuenta la reciprocidad de la relación, pidiendo a cambio que Pat sea su pareja de baile en un competencia venidera.
El tono que la disciplina de baile da a la película es el tono romántico que necesita para permitir al espectador conocer a los personajes, crear empatía con ellos y conocer su lado humano, su lado vulnerable y su perspectiva; esa búsqueda de apoyo y sentido en que tanto Tiffany como Pat se encuentran.
De esta manera la película toca temas como la comunicación, la comprensión y la aceptación, de uno mismo y de los demás. Tal es el caso de estos protagonistas, juzgados y malinterpretados por su naturaleza compleja: problemáticos, abiertos, complejos e incomprendidos.
Pero la película da signos de ir más allá, de no sólo de tratar de dos personajes fuera de lo común y fuera de los estándares. Partiendo de ahí, el proyecto es más que un drama o una comedia romántica, es un pequeño estudio de personalidades, sin caer en el aspecto estricto y técnico de la psicología.
Muchas veces en el cine los personajes con problemas como éstos caen en los estereotipos y se convierten en víctimas, aquí la perspectiva se ofrece desde el punto de vista exterior de la problemática. No es la relación romántica entre ellos lo que importa, ni su superación personal, sino las decisiones que los llevan a darse cuenta que son personas normales, comunes y corrientes, tan especiales o no especiales como el resto de quienes les rodean.
La progresión para llegar a la compresión de esta idea viene por parte de la confrontación constante entre Tiffany y Pat, un subtexto interior entre su propia lucha personal y el deseo de ser entendido por alguien más, el uno frente el otro; acrecentada también por el constante mensaje sobre el simbolismo de las cosas, de las palabras, de las acciones, de las situaciones, más que como verdad profética, como acto de fe, de esperanza y de probabilidad.
El término “Silver lining” en inglés se refiere a algo reconfortante o esperanzador ante una situación de otra manera desamparada o infeliz. “Silver Lining Playbook” es entonces un libro de jugadas de perspectiva optimista frente a diversas dificultades; es aquello a lo que aspira la película, como lo es también el recorrido que ambos personajes viven a lo largo del relato.
Es así, siendo positivo, valorando y observando “el lado bueno de las cosas” que termina esta historia. No construida bajo el intento de sorprender, porque es fácil de descifrar (se debe tomar en cuenta que es un trabajo de ficción); lo que logra mostrar exitosamente es una perspectiva, por supuesto positiva, de la complejidad humana, de lo importante de la comunicación y de la necesaria aceptación de uno mismo para vivir y convivir.
Ficha técnica: Los juegos del destino - Silver Linings Playbook