AUTODESTRUCCIÓN AMARILLA

Ser americanista no es fácil, es lidiar con muchas cosas más allá de los partidos, el América cuando gana nunca gana bien, cuando pierde siempre lo hace de manera merecida, cuando el arbitraje beneficia a las Águilas es porque lo compra, cuando es al revés son errores humanos u obra del famoso Karma, apoyarlo abiertamente trae problemas que te llegan a afectar hasta amistades y amores, lo sé porque soy uno de ellos, soy americanista desde mi cuna.

Emilio Azcárraga Jean, dueño del América, de la Selección Mexicana y de buena parte de nuestro futbol, tiene un pobrísimo desempeño al mando del equipo que le dejó su papá, de 1997 a la fecha sólo ha conseguido tres campeonatos cortos sumando más sin sabores que glorias para sus aficionados, da la impresión de que el América es su juguetito, se acuerda de él por lapsos de tiempo y lo usa cuando le conviene, cuando el equipo se ha hundido en terribles crisis, aparece como héroe a tratar de enderezar lo que el mismo tuerce.

Ayer América fue eliminado en cuartos de final, un fracaso más, quizá me dirán que no tan estridente como no calificar o andar en problemas de descenso como en el 2008, sin embargo, lo que más me duele en este momento de mi equipo, es la manera en la que su dueño, sin importarle sus aficionados, mudó a la gente que tenía al equipo funcionando a su juguete más grande, el más costoso, Su Selección Mexicana de Futbol.

El Sr. Azcárraga cree que todos los americanistas somos idiotas y vamos a soportar fracasos envolviéndonos en la bandera nacional, no, por lo menos de mi parte no, el amor por un equipo es para siempre pero hay que tener autocrítica y no ser el porrista incondicional que todo dueño desea.

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