La ambientación de la historia es el mundo de la televisión, la división de noticias específicamente, y su tono de comedia exagera las situaciones que se viven detrás de cámaras del día a día de los que ahí trabajan.
En el centro de la historia se encuentra Jade (interpretada por Holly Hunter), una decidida productora de noticias que pelea en contra del “star power”. Para ella la información y el trabajo de investigación es más importante que la imagen, la gente que trabaja en estas áreas de la comunicación deben estar preparadas para el trabajo y no sólo ser un estilizado envoltorio que se siente frente a la cámara a leer noticias.
A su lado, y formando un triángulo amoroso, se encuentran Tom (William Hurt) y Aaron (Albert Brooks), dos completos opuestos. El primero es un carismático pero poco preparado conductor de noticias que acaba de llegar a trabajar para la televisora; el segundo es un viejo amigo y colega de Jade, un reportero con suficientes conocimientos pero una actitud demasiado directa y arrogante como para crecer dentro de la cadena televisiva en la que trabaja.
El conflicto de intereses entre ellos, impulsado por sus filosofías de vida y de trabajo, es lo que mueve al relato, abarcando en su camino una representación crítica y analítica del mundo de las noticias, de la televisión y de los medios de comunicación en general. La historia incluye el lado ético de la profesión, incluida la censura (y la autocensura) o su extremo contrario, explotar el amarillismo y la nota roja, dejar que el espectáculo predomine ante la información.
Tom va obteniendo mejores oportunidades como presentador de noticias porque tiene una personalidad agradable que se refleja en su trabajo frente a la cámara (y detrás), pero principalmente porque reconoce la forma de conectarse y relacionarse con las personas, ello incluye formas de manipulación sutiles, como incluir una imagen de él llorando durante una entrevista, momento determinante en su carrera que lo proyecta profesionalmente.
Mientras Jade se va enamorando de Tom, Aaron cuestiona su cambio de actitud en su postura respecto al tipo de noticias que ellos creen correctas. Pero, ¿qué es lo correcto? Las opiniones opuestas de los personajes ofrecen ambas perspectivas: realismo contra conservadurismo. Dando una simple mirada al contenido televisivo actual, podría decirse que el balance sería el ideal más correcto, un nivel que difícilmente se alcanza. La mayoría de las veces el realismo, que busca dar un contenido más apegado a los hechos, es sólo una falacia en pro del morbo; en contraposición, el ser conservador a veces limita la visión de los hechos.
Dentro de la historia la televisora y la división de noticias están atravesando un cambio importante, uno que incluye una reducción de presupuesto y reorganización laboral, algo que implica despidos venideros. Más de una ocasión la historia establece que Tom sabe cómo vender las historias, lo que lo posiciona como un importante elemento entre del personal. Pero los cambios y su propia presencia traen consigo otro tipo de dilema, la diferencia entre lo que es la información como tal y la acción de dar esa formación, el trabajo del productor ante el trabajo del presentador de noticias.
La labor de estas personas no es la misma; aunque Tom eventualmente tiene que investigar, realizar y editar su propio material de reportaje, aún hay alguien detrás del micrófono encargado de valorar lo que sale en pantalla (lo que sería el trabajo de Jane y de otros personajes de producción).
El noticiero no sólo es un medio a través del cual se dan a conocer las noticias, es un programa televisivo logrado gracias al trabajo en equipo de muchos participantes que consideran el contenido en varios niveles. La televisión para estas personas no son sólo noticias, implica también saber qué es lo que se transmite, cómo, cuándo y ante qué competencia, es la moda, los ratings o las imposiciones de otras esferas de mayor poder; es, a veces, entretener en lugar de informar o alienar en lugar de enriquecer la mente de los espectadores.
La persona que se pone frente a la cámara para dar las noticias debe ser alguien creíble y confiable, dice uno de los personajes. Tal vez en cierto grado eso signifique que esa persona deba saber vender las noticias. El problema social en ese caso sería que en el proceso poco a poco se bajen los estándares al grado que la baja calidad de contenido eventualmente parezca algo normal.
El ir y venir de los personajes y sus luchas personales se tornan en un relato ameno porque el tono de la historia, escrita y dirigida por James L. Brooks, es eficiente, intrigante y placentero. La comedia exagera algunas circunstancias, pero la exageración no deja de ser un reflejo extremo de la realidad. Este tipo de elementos permiten que el espectador identifique y reconozca su propio entorno. El tono satírico del guión logra que la película funcione, además de una buena realización y actuaciones.
El final busca ser optimista y positivo aunque la realidad no siempre resulte ser de la misma manera. Los personajes no se levantan realmente en contra del sistema, ni llegan a un verdadero progresismo, pero los cambios existen, incluso si se dan en pequeños pasos, siendo este un mensaje importante que resaltar de una película como esta, esperando, además, que los cambios sean positivos.
Ficha técnica: Broadcast News