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DE LA COPA ORO AL TSM

Armando Castil Rosell
Verdaderamente harto me dejó todo el escándalo del penal que no fue y que Guardado anotó. Los escándalos de FIFA, la animadversión hacia el Piojo y hasta la situación de corrupción que reina en nuestro México, hicieron que un error arbitral tomara dimensiones estratosféricas en donde lamentablemente el tono inquisidor y la doble moral salieron avantes, el futbol se sacó totalmente de contexto e invitó a muchos a envolverse en la bandera del patrioterismo barato y la honestidad brutal.

El sábado volvió el futbol al estadio Corona, tomé la Torreón San Pedro y desde que me iba acercando las cosas fueron distintas, de entrada me puso de buen humor que la obra del retorno TSM ya está terminada, lo cual no me hizo ir a vuelta de rueda hasta el hartazgo, la casa del campeón lucía imponente, con una cara renovada de un patrocinador y con banderas que te recordaban que llegabas al territorio del monarca, me coloqué en mi lugar en el cómodo palco de prensa y esperé el inicio del partido, comentaba con varios colegas que creía que sería un buen partido ya que el León de Pizzi propone siempre y Santos tendría espacios, después de una emotiva ceremonia de inauguración y la ceremonia protocolaria el partido empezaba.

Nada de lo que esperaba sucedió, al minuto 5 penal en contra y roja para Marchesín, no me quiero imaginar lo que sintieron los cientos de niños que vi con el jersey de su nuevo ídolo. El partido se descompuso pero faltaba lo peor, al inicio del segundo tiempo roja para Djaniny, minutos después otra para Ibáñez, los ocho guerreros que quedaban resistieron lo que pudieron pero cayeron el segundo y tercer gol del visitante, parecía que vendrían tres más de la fiera pero de repente algo sucedió, Santos despertó, luchó y empujó, no se dejó humillar, se fueron al frente y se quedaron mano a mano atrás, sin embargo el gol cayó para los locales y casi hacen el segundo. La reacción de los jugadores provocó que la gente explotara y apoyara con todo, agradecida de ver a su equipo no abandonarse y empezar a pensar en el próximo partido antes de terminar el que seguía en disputa.

Así es el futbol de hermoso, por eso lo amamos porque puedes estar decepcionado de él y en el partido menos pensado, el partido más extraño y descompuesto posible, una afición ejemplar y ocho escasos jugadores matándose en una cancha te hacen volver a creer y a darnos cuenta de que no estamos tan mal, que en el futbol no sólo en lo deportivo hay revancha, también cuando sientes a la pelota manchada alguien la patea con honor y se limpia, ayer volví a gritar: ¡Viva el futbol!



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