No es apoyar al Piojo Herrera solo por respetar procesos sin analizarlos bien, se trata de darnos cuenta que el puesto que más se ha movido en la Selección Mexicana de futbol es el de director técnico y hemos tenido exactamente los mismos resultados desde 1994, hoy otra vez estamos ante la posibilidad de echar otro plan a la basura e ir por otro que tampoco va a funcionar, porque el mal que tiene nuestro futbol es sistémico, somos una selección única en el mundo, somos locales en dos países y sin ser un equipo top generamos casi los mismos ingresos que Brasil o Argentina, antes que un representativo nacional nuestra selección es un gran negocio privado.
El nivel de exigencia que tiene el técnico nacional está lejos de la realidad, con muy poco tiempo para trabajar se le piden resultados inmediatos y se le somete a una presión que no abona a que se trabaje mejor, por eso para nuestro Tricolor es más fácil conseguir hazañas que mostrar un nivel de juego parejo y salir avante en competiciones como la Copa Oro, se trabaja al día a inspiración del técnico en turno que es primerizo como seleccionador y con demasiada inmediatez, por eso es más común ver a nuestro equipo dar campanadas que teniendo una regularidad en su nivel de juego. Se han hecho intentos loables como respetarle el proceso a La Volpe a pesar de todo y el del mega cuerpo técnico del Chepo, sin embargo ha hecho falta un director de selecciones nacionales que sepa de futbol cancha y tenga autoridad para manejar los terribles egos que terminan teniendo todos nuestros últimos entrenadores, se confunde respetar procesos o blindar al técnico con entregarle la selección a gente que sin un buen control se vuelven unos verdaderos sociópatas.
Esta Copa Oro se está analizando mal, se sacan conclusiones a la fácil como la de decir que los caribeños han crecido mucho, definitivamente han emparejado en lo físico y en lo táctico, ya se acomodan mejor en la cancha, llenan espacios, tienen un fondo y una potencia física envidiable pero con todo y eso, futbolísticamente somos mucho mejores, lo que pasa es que no tenemos un trabajo táctico sólido que solo da la continuidad, si el Piojo se va empezaremos otra vez de cero y vamos a batallar horrores en la eliminatoria que ya está a la vuelta de la esquina. La salida de Herrera sólo la compraría si se acompañara de una refundación de nuestra Selección, que se vayan todos, que se nombre a un director de selecciones nacionales que sepa de futbol y no solo de negocios, un jefe de prensa con autoridad y un consejo de dueños de no más de tres que pidan resultados cada dos años y no cada seis meses.
La selección mexicana tiene a su peor enemigo adentro, son los dueños que influyen en decisiones y presionan simplemente por cuestiones económicas pero eso sí, a todos nos hacen creer que es porque hay una exigencia deportiva que no tiene ni Alemania, allá si hay procesos que terminan ganando mundiales, aquí somos una caricatura engaña bobos que deja mucho dinero.
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