Un futbol moderno, un equipo corto, intenso, que hace el tres a uno en campo rival en el minuto que sea, que recuperando el balón sabe tocar y atacar, que si no se equivoca borra al rival, que es autosuficiente, que si le sale el plan se guarda respuestas en la banca. Ese fue el Santos que vimos contra Chivas en los dos partidos de la eliminatoria semifinal, un futbol fino, de avanzada, gourmet, que es bueno para nuestra liga que funcione simplemente porque es lo de hoy.
Santos está en la final con todo merecimiento, cerró bien el torneo, echó al súper líder y ayer le pasó por encima a las Chivas, de hecho lo hizo desde la ida pero la contundencia no lo acompañó, pasando por encima también de la opinión de los medios nacionales que en base en nada, decían que en el Omnilife Chivas iba a ser otra cosa, el rebaño fue lo mismo y Don Pedro lo sabía, lo advirtió desde la conferencia al final de la ida, los del Chepo sabían que habían sido superados, en la vuelta se notó, el miedo fue evidente.
Ahora se viene otra final, el santismo estará en pleno, el momento está con ellos, huele a la quinta pero faltan dos partidos. El Querétaro de Vucetich no le pide nada al buen cierre y a lo bien dirigido que está Santos, veremos dos grandes partidos entre dos equipos que nos vuelven a demostrar que a la liguilla no sólo hay que legar sino que hay que llegar mejor.
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