Salir a competir en torneos internacionales sigue desnudando al futbol mexicano, nos falta mucho, seguimos siendo caseros, nos encanta nuestra liga cara y de competencia mediocre, nos conformamos con ver sólo dos meses de buen futbol en el año durante las liguillas, lo demás es muy flojito, muy cómodo y por lo mismo cuando sacas a los equipos de ese guión batallan mucho para competir a tope.
América, un plantel de más de 40 millones de dólares, va y gana con autoridad en Costa Rica pero regresa y pierde su partido liguero, vuelve a ganar a media semana al Saprissa pero apenas empata especulando en Pachuca, jugar cada tres días sigue siendo muy difícil para nuestros técnicos y jugadores, se llamen como se llamen. Algo que en Europa y Sudamérica se superó hace décadas, aquí apenas tratamos de asimilarlo y a regañadientes, la Copa MX sigue siendo despreciada por algunos entrenadores de supuesta elite simplemente porque les estorba y les corta sus cómodas semanas largas.
Cruz Azul se quedó en fase de grupos de Concachampions, León de Matosas igual tanto ahí como en Libertadores, un papelón. No se diga Pachuca, eliminado por un equipo canadiense ¡en pretemporada! Que no se maquille la cosa con falsos aires de grandeza, nos cuesta un mundo jugar y viajar cada semana. Tomás Boy y Tuca Ferretti, dos de los técnicos más alabados por nuestro medio futbolístico se han graduado esta semana de caseros, planean mal la rotación de jugadores, jamás lo van a aceptar pero fallan porque no lo saben hacer, no están preparados para ello no lo traen en la sangre, no lo mamaron en su formación.
Urgen generaciones nuevas de técnicos y de directivos, con la baraja de siempre esto va a seguir igual y aunque hoy lo veamos lejano o imposible, la MLS está cerca de superarnos, si no cambiamos nuestra mentalidad en cinco o diez años sólo veremos a equipos de la liga de Estados Unidos levantando trofeos y no vamos a saber qué pasó, cómo pasó.
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