Algunas películas son una combinación extraña entre entretenimiento y crítica social, reflejo exagerado de la realidad que abordan por la forma como lo plantean. His girl Friday (EUA, 1940) es uno de esos casos. Abordando temas como el periodismo y las relaciones personales, la historia se construye como una ágil, vivaz y alocada comedia que exagera, casi cínicamente, ambos temas.
Hildy Johnson (Rosalind Russell) es una reportera que regresa a la ciudad para decirle a su ex esposo y jefe Walter Burns (Cary Grant) que, uno, ya no trabajará más en el periódico y, dos, que va a casarse con un vendedor de seguros. Hildy, sin embargo, se apasiona tanto por la labor periodística en busca de la noticia, que se ve inmersa en un caso que en esos momentos tiene a toda la ciudad atenta y a la expectativa, la ejecución de un hombre que mató a un policía. Walter no sólo quiere evitar que Hildy contraiga matrimonio, sino que, sabiendo la dedicación de ella por su profesión, quiere convencerla de quedarse a trabajar en el periódico.
Como comedia, la historia es efectiva; la forma en que representa el caótico mundo de las noticias, los periódicos y los reporteros es atinado, además que Russell y Grant ofrecen interpretaciones carismáticas y llenas de vida. El guión (de Charles Lederes, basado en la obra “The front page”, escrita por Ben Hecht y Charles MacArthur) y la dirección (a cargo de Howard Hawks), además, son una combinación entre movimiento y destreza en pantalla, en el diálogo principalmente; el ir y venir de conversaciones paralelas que suceden en un mismo tiempo y espacio se hace con tanta velocidad que ofrecen un cierto grado caótico que logra resultar divertido; aunque eso sí, a veces también aturdidor.
El prólogo de la historia introduce un texto que recalca la exageración que el proyecto hace de la prensa y sobre cómo los reporteros harían lo que fuera por una nota periodística, (¿nada que ver con la realidad actual de la profesión?); y aunque el exceso de teatralidad de estereotipos en esa área parece evidente, el trabajo, aunque de ficción, tiene una base que lo cimienta, dando cuenta del tipo de realidades en las que se basa: el editor arrogante, interesado y egoísta, la manipulación de las historias por parte de periódicos y reporteros, la compra de exclusivas a testigos y policías, la información tergiversada a través de la noticia o la negociación entre involucrados (acusados, gobierno, periodistas o dueños de los periódicos) a fin se sacar un beneficio propio.
En la historia la ejecución del acusado es vista como un espectáculo y todos quieren sacar algo de provecho a su favor, publicidad, principalmente; ya sea el sheriff, que con ello podrá demostrar su eficiencia en su trabajo; el gobernador, que pretende utilizar la noticia como una forma de campaña a su favor en las próximas elecciones; o Walter, que con la manipulación necesaria podría salvar al hombre y así tener la exclusiva de la nota, lo que haría se vendieran más de sus periódicos.
Una mujer que ayuda al acusado se ha presentado en la sala de prensa a fin de aclarar algunos comentarios que los periódicos han especulado sobre ella, de quien se dice puede ser la novia o prometida del hombre, cuando en realidad no lo conoce, sólo lo auxilió cuando fue detenido. Los periodistas se abalanzan sobre ella pidiendo declaraciones y modificando sus preguntas según cambie la situación del caso. Primero no quieren escucharla, luego cuando el acusado se fuga, quieren oir su versión de los hechos. “Are they inhumans?” [¿Son inhumanos?], dice ella, a lo que Hildy responde: “Yes, they’re men from the press” [Sí, son hombres de la prensa].
La película no deja de lado su tono de comedia romántica y los dos personajes principales son una extraña combinación de personalidades autocomplacientes, destinadas a chocar constantemente, a confrontarse por cualquier nimiedad. Hildy está a punto de casarse y lo que Walter más quiere es un colega periodista confiable que cubra la nota del momento; aunque en el fondo parece tener afecto por su ex esposa, su prioridad no es volver a enamorarla, sino simplemente evitar que se vaya. Puede ser amor verdadero, pero también puede simplemente tratarse de conveniencia. Hildy, sin embargo, no es la chica enamoradiza que depende de los demás; su autosuficiencia la lleva a estar segura de sí misma, de ejercer profunda autoconfianza al tiempo de ser siempre suspicaz ante quienes la rodean, Walter específicamente. Si bien ella está convencida de que una vida tranquila con un esposo hogareño es el tipo de respiro que necesita en su futuro, lo cierto es que la adrenalina que su trabajo le ofrece es irremplazable; Hildy está, en el fondo, enamorada de su trabajo.
Los enredos que desatan tanto el caos en el periódico como el del terreno amoroso resultan en una historia complicada; directa en la forma de presentar los hechos, cual lo hacen Walter y Hildy, pero también analítica a su forma propia con respecto a la realidad que rodea a los personajes. Como cuando la mujer asediada por los reporteros decide saltar de la ventana antes que revelar el paradero del acusado, o cuando un trabajador de Walter informa que ha tenido un accidente automovilístico y que la madre del prometido de Hildy puede estar o no muerta. Es como si la película nos dijera que de los muchos sucesos, algunos fatales, que suceden en la vida, no de todos podemos ser aprensivos, que habría que pensar para valorar objetivamente y no dejar que nos afecten. E incluso entonces la película puede apelar por su exageración cómica y la caricaturización certera que describe de situaciones y realidades, tristes sin duda, pero divertidos en su expresión artística; ser serios pero no ser serios, algo así como burlarse de los hechos o encontrar el lado amable de las cosas.
“Girl/Man Friday” es un término utilizado hacia alguien que ayuda en todo lo que se le pide/asigna, alguien que hace varias cosas a la vez. His girl Friday se refiere a Hildy, que hace todo (y le hace todo el trabajo a Walter). Por cierto, lo que diferencia esta adaptación de la obra original es que el personaje del reportero aquí es una mujer, no un hombre, lo que sirve como vehículo para evidenciar la explotación de la mujer en el mundo laboral.
Ocurrente, extravagante, ingeniosa y divertida, la película es un vehículo de entretenimiento sazonado con varias capas de subtexto del que, o pretende burlarse, o pretende exagerar para resaltar su carácter manipulador y enajenante; tal vez todo es cuestión de cómo se le entienda.
Ficha técnica: His Girl Friday