Jane Austen es del tipo de escritor capaz de captar la realidad que le rodea, de observar, valorar, criticar, reflexionar, opinar y recalcar el comportamiento humano en situaciones cotidianas, poniendo énfasis en las fallas y aciertos de la sociedad respecto a cuestiones sociales, políticas, económicas, familiares, de tradiciones, costumbres, mecanismos de expresión y de pensamiento, o de conocimiento y conducta.
Los escritos de la autora son trascendentes aún en la actualidad por varias razones. Su forma de escritura, su literatura, es uno de ellos, pero la capacidad de Austen por presentar personajes humanos, imperfectos en el mejor de los sentidos, e historias que hablan de los valores, el lenguaje, el respeto, el cambio, el juicio y los prejuicios, las primeras impresiones, el carácter social la felicidad, el dolor, el sufrimiento, o la importancia de mantenerse fiel a uno mismo, son ejemplos que constituyen parte importante del legado literario de la escritora inglesa, quien los plasma con gran habilidad narrativa en sus trabajos.
Nacida el 16 de diciembre de 1775, en Steventon, Inglaterra, (fallece en julio de 1817) formando parte de una familia pudiente del área rural, sus novelas suelen señalar en algún nivel, pero invariablemente, el tema del enamoramiento, la pareja y/o el matrimonio, entablando una mirada a las cuestiones culturales del tema, desde su importancia o necesidad en algunos círculos sociales, hasta la reflexión profunda de lo que idealmente significa la unión, vista no como la pérdida de libertad, o la ganancia de posición social, sino como un proceso de acoplamiento y exaltación mutua entre las personas involucradas.
Austen habla con sus personajes femeninos, sus heroínas, de la importancia de ser mujer, pero en general, de las dificultades que el ambiente y la sociedad a veces ponen sobre las personas para desarrollarse, profesional o personalmente, ya sea por la discriminación, la libertad (o falta de libertad) de pensamiento, las reglas sociales o cómo la educación global a veces falla en despertar el interés de la gente por el progreso y crecimiento. La misma autora conocía de las limitaciones sociales que imponía la sociedad a la mujer, de tal forma que sus trabajos fueron publicados inicialmente bajo pseudónimo.
Las protagonistas en los libros de Jane Austen suelen emprender travesías que las hacen aprender a ser mejores personas y más fieles a ellas mismas, incluso si esto implica superar obstáculos que parecen infranqueables, mismos que varían según el contexto y tiempo de ambiente en el que se vive, por ejemplo la presión familiar, las costumbres y barreras sociales, la educación de cada persona, el nivel económico o ubicación de clase implícito en los personajes, o la idealización y aceptación propia y de los demás, lo que se supone anhela y desean los protagonistas, todos ejemplos representativos, por cierto, de la situación socioeconómica que se vivía en la época en la que la autora escribía.
Analizar las obras de la escritora implica analizar las motivaciones, costumbres, pensamiento y sentimientos de sus personajes y cómo éstos los motivan en sus decisiones, notando el cambio en ellos y la razón de fondo por la que deciden dicho cambio, o la falta de él, observando además cómo el contexto social, burgueses o proletarios, influye en su forma de pensar y de ver la vida. Las condiciones materiales de existencia determinan la forma de ser y existir de todo ser humano, y Austen incursiona en exponer esa situación. Analizar a Austen significa desglosar en sus partes las capas que conforman a cada uno de sus personajes, eco y reflejo de las personas en el mundo real.
Sus temáticas son universales, siempre aplicables a la vida diaria, actual o a la época en que desarrolla sus historias, a las situaciones comunes que nos encontramos cada día, a las dudas, inquietudes y anhelos que los humanos reproducimos reiteradamente, de ahí la relevancia de los trabajos de Austen y su adaptación a películas, a veces ambientadas en contextos más modernos, por ejemplo Clueless [Despistados, o también conocida como Ni idea], de 1995, basada en Emma, o Bride and Prejudice, de 2004, a partir de Orgullo y prejuicio; y a veces ambientadas en el siglo XVIII, reproduciendo el contexto social en el que fueron escritas.
Sensatez y sentimientos, Orgullo y prejuicio, Emma, Mansfield Park, La abadía de Northanger y Persuasión son sus novelas publicadas, las últimas dos de manera póstuma, y hay por lo menos una versión en formato cinematográfico de cada una de ellas.
Existen también algunas otras películas dedicadas a abordar la vida y trabajo de la autora. Becoming Jane (Reino Unido-Irlanda, 2007), con Anne Hathaway en el papel de Jane, historia basada parcialmente en la documentación realizada por Jon Spence en el libro del mismo nombre, como también en algunas de las cartas publicadas escritas por la propia Jane; el relato profundiza la posible relación romántica entre la escritora y Tom Lefroy, (1776-1869), político y juez irlandés, interpretado por James McAvoy.
Miss Austen regrets (EUA-Reino Unido, 2008), por su parte, es una historia que intenta explorar el temperamento, personalidad y mentalidad de Austen, en donde la memoria amorosa de Jane (interpretada por Olivia Williams) llega paralela mientras aconseja a Fanny (Imogen Poots), su sobrina predilecta, en la búsqueda por un marido.
La autora en su vida y trabajo ha sido inspiración de historias y relatos, sus escritos de novela más representativos han sido traducidos en películas, adaptaciones libres, series o mini series (principalmente producidas por la cadena de televisión de Reino Unido, la BBC), e incluso en formato de series web (The Lizzie Bennet Diaries y Emma Approved, ambas estrenadas en el sitio Youtube en 2012 y 2013 respectivamente).
El trabajo literario de Jane apunta críticas embozadas al papel histórico que la sociedad de la época orientaba para la mujer, al tiempo que juega con el factor amoroso como mecanismo para superar y/o conciliar diferencias de clase social. Jane Austen es divertida, reflexiva, crítica, rebelde y relevante, tanto en papel como en pantalla. Por ello vale la pena acercarse al trabajo que la cinematografía de ella ha adaptado.