La final Tigres contra Pumas arrojará al próximo campeón del fútbol mexicano. Las semifinales nos dejan varias lecciones: la primera es que el fútbol ratonero no siempre gana, la segunda es que la disciplina es básica si quieres ganar, perder la cabeza te puede hundir y provocar que un rival que estaba muerto del miedo se salga con la suya, la tercera es que ver actos racistas entre jugadores es simplemente el producto de un tema muy mal atendido por la Liga MX.
José Saturnino Cardozo fue tan temeroso que hizo que Tuca Ferretti pareciera un técnico con un arrojo para ir al frente impresionante, a los que vimos a Cardozo jugar y que lo admiramos y sufrimos como futbolista, nos extraña ver que como entrenador ponga a jugar a su equipo de esta manera, sin embargo, no sólo es eso lo que me preocupa de Cardozo, su doble discurso diciendo que siempre va al frente a buscar los partidos ya nadie se la cree, además cada vez se intensifica más su búsqueda de pretextos cuando pierde, siempre culpa a los árbitros. Yo a Cardozo le aconsejaría que se ponga a estudiar, no es un entrenador con el que se pueda ser campeón, aparte es de los técnicos que les gusta tomar el poder absoluto en un club y creo que a su supuestamente querido Toluca ya le está haciendo mucho daño.
Memo Vázquez no cantó mal las rancheras, se ve que sigue traumado por aquella final que perdió con el Cruz Azul ante el América en el 2013. Mientras Pumas y Águilas jugaron once contra once los de Coapa fueron superiores cada minuto. Lo anterior parece de primera impresión un halago al América pero no, de ninguna manera, es increíble que no tengas la cabeza fría para resolver una eliminatoria que el rival te la estaba haciendo fácil, las expulsiones fueron todas merecidas, América fue un equipo muy tonto en muchos pasajes de la serie, soy enemigo de los lugares comunes y las frases trilladas pero en esta ocasión la siguiente embona perfecto a esta eliminatoria que yo llamo de la vergüenza: Pumas no ganó la eliminatoria, América la perdió.
Darío Verón no es la primera vez que agrede a Darwin Quintero con insultos racistas, declarar que todo es provocado porque el América no sabe perder me parece aún más patético y cobarde. De acuerdo con jugar al límite y hablarse fuerte dentro de la cancha pero el racismo no debe caber en ningún aspecto de nuestras vidas, el incidente debe ser investigado y si Verón llamó simio al buen Darwin debe ser sancionado sin jugar la final, ya basta de darle vuelta a este asunto, señores.
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