Ser valiente es ser decidido, fuerte, resistente y, en especial, tener valor. Una persona valiente es alguien que sostiene sus ideales, los defiende y los profesa; una persona valiente es una persona íntegra, que aprende de sus aciertos tanto como de sus errores y quien, en busca del bienestar de sus similares, cambia al mismo tiempo que busca transformar su entorno social.
Marjane, protagonista de la película Persépolis (Francia, 2007), es una persona valiente. La historia es una narración de vida, en técnica de animación, de lo que este personaje vive a lo largo de los años. Ambientada en las décadas de 1980 y 1990, principalmente, la protagonista crece durante la guerra y la revolución en Irán para luego ir a estudiar a Viena, Austria; años más tarde, ya como adulto, la joven regresar a su país, un país al que no reconoce y que ha caído en un régimen de represión y autoritarismo; finalmente Marjane madura y aprende a ser libre dentro de lo que su ambiente personal y profesional le permite, incluso si eso significa dejarlo todo atrás.
La historia, por su ambientación, discurso y desarrollo habla de los ideales, de la rebelión, de la discriminación, de la cultura y de la importancia de alzar la voz o callar cuando es necesario, siempre y cuando se tenga un sustento para hacerlo. Marjane aprende de su entorno porque escucha opiniones, experiencias y conocimiento de sus familiares y amigos; su familia, sobre todo, le inculca la importancia de defenderse y de defender a los demás, de la fraternidad, la importancia del conocimiento y la educación; ellos le hablan y le inculcan valores y saberes respecto a la situación social, cultural y política en su país, así como de la situación global que afecta su propia vida; la joven lo entiende porque como niña, joven y adolescente vive y crece con los intereses propios de su respectiva edad, ya sea curiosidad por la cultura, por la música, los libros o la diversidad de pensamiento.
Explorando la realidad de vida de una niña creciendo y la de una niña creciendo en Irán durante una época de conflicto social, la historia habla tanto de las experiencias de vida como de la forma en la que el entorno y lo que en él sucede impactan en la opinión, educación y cultura de una persona. La joven protagonista tiene la oportunidad de contrastar realidades, primero respecto a su país y luego respecto a la situación global una vez que viaja para estudiar a Europa. El balance existe porque ella logra detectar similitudes y diferencias, logra darse cuenta con ello de ventajas y desventajas, de aciertos y desaciertos que existen tanto en su país como en el resto del mundo, la experiencia le permite observar diversidad de ideologías y comportamientos, de cómo la gente culta, la gente educada, la osada, la inepta, la ignorante, la indiferente, la irrespetuosa o la perspicaz, por ejemplo, existen en cualquier parte del mundo.
La mirada que la película ofrece respecto al mundo es una opinión orgánica, honesta y clara. A través de su protagonista se representa la forma de ver el mundo de una niña aprendiendo de su entorno y aprendiendo de las exageraciones y contradicciones de un sistema autoritario. Para ella la magnitud de la situación no es tan relevante en un principio, pero poco a poco, y conforme va creciendo, se da cuenta del impacto en mayor escala que su realidad significa, formándose entonces una opinión crítica propia respecto a lo que apoya y de lo que difiere en cuanto a la vida, la gente, los amigos y la familia que le rodean, o respecto al gobierno, la cultura y la educación, en síntesis, adquiere una visión y una filosofía del mundo, del hombre como especie.
La película se permite ser crítica, reflejando el ambiente circunstancial en un país, Irán, que sufre guerras, opresión, represión y control. Marjane Satrapi describe autobiográficamente sus experiencias en la novela gráfica en la que se basa la película, pormenorizando las dificultades de libertad que la autora observó durante la época en la que le tocó vivir, así como el apoyo familiar que la impulsó a salir adelante, ejemplo y muestra representativa de otro tipo de historias de personas que luchan por su bienestar y el de sus allegados, a pesar de las adversidades, las sociales y políticas específicamente en este tipo de casos.
“La vida intentaba seguir su curso”, dice Marjane en un punto de la historia; esa es su realidad y esa es la realidad de todos, dificultades y logros que deben asumirse, a veces más crueles, a veces más difíciles de superar, en algunas ocasiones con mejores resultados, eventualmente más alegres, pero siempre como parte de la vida. “Costó adaptarme, pero luego pensé, ¿por qué no?”, es lo que reflexiona la joven una vez en Viena, y su actitud demuestra que la manera de afrontar la vida determina cómo se vive la experiencia, cómo se asume y lo que se puede sacar, positivamente, de la misma, un mensaje importante que extraer, entre otros más, de la película codirigida por la misma Satrapi, junto con Vincent Paronnaud.
Ficha técnica: Persépolis