Hoy escribo esta columna como usted quizá se levantó esta mañana, decepcionado de muchas cosas que pasan en nuestro país, con muchas preguntas que quisiéramos hacer pero que nadie nos va a contestar, sabiendo que somos gobernados por criminales y que por eso los que están en la cárcel se pueden salir casi como si nada. Impunidad por doquier y la peor sensación de todas: nos sentimos desprotegidos. Hoy más que nunca tengo ese sentimiento de que todo lo que me hace feliz pende de un hilo sujetado no sé a qué. Lo invito a disfrutar cada momento.
Pero bueno, si me quedo en estos temas no acabaré nunca y no ayudaré al ánimo de nadie, hablemos de futbol. Iker Casillas se despidió del Real Madrid, para los que queremos esos colores es un duro golpe, capto tres posturas sobre el tema. El de los merengues que no les gusta Florentino Pérez y lo culpan de la salida del capitán, el de los que piensan que aunque duele es el momento de que Iker dijera adiós y un tercer grupo que aunque parezca mentira, todavía quieren meter al tema a Jose Mourinho, a esos tercos los dejo fuera de la discusión, simplemente no vieron la era Anceloti. Yo me ubico en la segunda postura, el margen de error que tiene el futbol europeo de alto nivel es casi nulo, por lo tanto aunque me duela, tengo que aceptar que Casillas ya daba ciertas ventajas que en momentos clave estaban afectando al Real Madrid, de ninguna manera quiero decir que nuestro capitán esté acabado, simplemente ya no está para el nivel de locura que la elite europea exige, duelen las formas que el club tuvo con Iker y lo debo de aceptar, el Real Madrid generalmente falla a la hora de tratar bien a sus glorias cuando salen del equipo, ejemplos sobran.
Este domingo no será fácil de olvidar para un servidor, dormirse con noticias que dan asco sobre tu país y despertar con las fotos del inolvidable Iker Casillas llorando por tener que dejar su casa, duele y duele mucho y aunque el fútbol sea la cosa más importante de lo menos importante, tengo que decir que hoy totalmente decepcionado de mi país no me pude refugiar ni en el futbol.
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