En mi columna del viernes que sale publicada en El Siglo de Torreón, escribí que el Santos Laguna estaba obligado a ganarle a Jaguares de Chiapas este viernes pasado. Obligado por varias razones, la primera era la larga racha sin ganar en casa en temporada regular que databa de abril del 2015, la segunda era el no perder más terreno, ya que se perdió en León en la fecha 1, por último y no por eso menos importante, la reconciliación con la afición.
El triunfo se dio, se dio como se gana un partido en una mala racha prolongada, el "ganar como sea" embona perfecto en el triunfo del viernes. Uno puede escribir y decir que el triunfo era obligado, sin embargo, no me puedo imaginar la presión con la que salían ya los jugadores del Santos al pisar el Corona, la losa era ya enorme, quizá eso explique el mal primer tiempo que dieron y la mejoría que mostraron después del gol de Andrés Rentería. Santos para variar tuvo para matar el encuentro y falló frente al arco, después tuvo un buen manejo de partido, Zubeldía prefirió ingresar a Chuleta que meter a Martín Bravo, había que luchar y cerrar el partido, después de este triunfo ya habrá tiempo para ser más agresivos.
Santos por fin despierta totalmente de la pesadilla que comenzó el torneo pasado, Zubeldía pasa su primera prueba bajo presión, Rentería se acordó de que sabe anotar de manera brillante, los laterales que jugaron el viernes levantan la mano para quedarse de titulares y dejar en la banca a los dos del torneo pasado, el arco de Marchesín se quedó en cero, a partir de ahí se construye para ganar partidos. Ya no hay pretextos, los fantasmas se fueron, la pesadilla se terminó de la única manera posible: ganando en casa.
TWITTER @manyecastil