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El Juez

Diana Miriam Alcántara Meléndez
Diana Miriam Alcántara Meléndez

Un sistema económico, político y social debe procurar a la sociedad en la que existe, pues para eso se constituye cualquier orden social, para servir a quienes en él viven. Si esto no sucede, algo está fallando, o el sistema mismo o las personas a cargo de él. Ambientada en un futuro distópico (distopía: sociedad ficticia indeseable que origina alienación entre las personas) en donde no todo el planeta es habitable, El Juez (EUA, 1995) cuenta la historia de una sociedad viviendo bajo un sistema de Megaciudades en el que los llamados Jueces son, al mismo tiempo, policía, jurado y verdugo de la ley.

El protagonista de la película es el Juez Dredd, quien ejerce con dureza y acato su profesión, creyendo firmemente en esta forma de organización social, pero cuando él es culpado de un asesinato que no cometió, deberá cuestionarse las fallas posibles del mundo en el que vive y el sistema de justicia para el que trabaja.

El escenario de la historia, el sistema de jueces, en el que una persona tiene la capacidad de vigilar la ley, aplicarla y ejecutarla al mismo tiempo, habla de cómo la unificación de facultades y poderes que la ley otorga, en una misma persona, da lugar a un vicio de control y poder sin límites ni vigilancia imparcial; un sistema total donde la libertad queda restringida. “Demasiado poder en las manos de una persona”, dice uno de los jueces del Concejo que rige esta ciudad, hablando de la forma de organización que se vive y los problemas que en él se presentan.

Cuando una misma persona vigila las calles, juzga a los criminales y aplica su sentencia, se pierde la perspectiva de análisis y juicio, debate y consideración; la libertad en especial se vuelve relativa, donde ciudadanos y jueces por igual se vuelven presas del sistema del mismo orden en el que viven.

Camino a su exilio en prisión, Dredd se reencuentra con un hombre inocente que sentenció por encontrarse en el lugar equivocado, en el momento equivocado, durante la rebelión en las calles de algunos ciudadanos. El otro le dice al juez que ambos, en su sentencias injustificadas e injustas, son ejemplo de cómo el sistema que rige con mano dura puede equivocarse cuando no considera todas las variables de una situación, en todo su contexto y las posibilidades que rodean la verdad de los crímenes de los que son acusados, porque el dictamen de su culpabilidad o inocencia sigue las reglas de forma literal a como están escritas, sin tomar en cuenta la realidad que se vive en la sociedad ni las acciones humanas (ingenuas, manipuladoras, falsas u honradas), ni los motivos e intenciones de las personas involucradas.

Algunos cuantos buscan aprovecharse de estos huecos lógicos con que el sistema de jueces rige, y pretenden acceder al poder y tomar el control para proceder con un nuevo orden más extremo, totalitario y autoritario, creando con su inflexibilidad e intolerancia un duro régimen que provoca caos, que despierta rápidamente rebeldía entre los habitantes de la ciudad que pertenecen a las clases sociales bajas. La represión crea enfrentamientos entre las personas y de parte de las personas hacia el sistema mismo, con inconformes con el maltrato y la falta de consideración hacia la vida, producto de un orden social que actúa de manera extremadamente severa. El sistema no busca respuestas de adaptación y progreso, sólo responde al interés de los que lo manejan y el bienestar de quienes considera útiles para su funcionamiento, de ahí la razón, por ejemplo, por la que criminales, ancianos y personas retiradas de su trabajo sean desterradas de la ciudad; el mundo los desecha para no tener que preocuparse por ellos.

La sociedad de este mundo pelea por la supervivencia, aunque sus acciones para hacerlo sean radicales, provocadas también por el régimen en el que obligadamente se desenvuelven. La Tierra comienza a ser inhabitable, la comida y agua escasean en la gran ciudad y los desterrados fuera de ella, prácticamente sentenciados a morir, deben encontrar la manera de sobrevivir, algunos incluso cayendo en el canibalismo, como aquellos con quienes los protagonistas se encuentran una vez que su aeronave es derribada cuando estaban siendo transportados a prisión.

El Concejo de Jueces busca respuestas inmediatas, no a largo plazo, provocando que su respuesta sea llevar al sistema jurídico a una forma más severa e intransigente. El caos provoca más motines, más desorden, más muertes y más necesidad de llevar el orden al extremo; la violencia como respuesta se incrementa. Uno de los jueces del Concejo desea obtener provecho de la situación, que él mismo provocó al sacar de prisión, para hacerlo trabajar para él, a un juez que fue sentenciado por Dredd por volverse corrupto, con el fin de que el panorama de destrucción y caos le permita activar un programa de clonación de jueces, y para crear así a un grupo de hombres que se impongan respondiendo a la inestabilidad, un grupo de hombres que siga sus órdenes y responda ante sus necesidades y deseos de poder, para convertirse en el Juez Supremo.

La realidad de este mundo ficticio habla de un sistema de control total, absoluto, que se rige bajo una serie de leyes inflexibles, aplicadas por hombres que son al mismo tiempo policía, jurado, y ejecutor en uno solo. La forma en que la sociedad vive es parte de un círculo que se vuelve vicioso porque el sistema lo es, una forma de corrupción autoritaria disfrazada de justicia, pero mientras no cambie alguno de los dos, la realidad tampoco lo hará.

La gran cantidad de personas viviendo un lugar destinado para acoger a la mitad de ellos, en una realidad de sobrepoblación que además limita recursos naturales, se convierte en un ambiente hostil en busca de la supervivencia, guiado por un sistema de organización de carácter duro, donde la competitividad y búsqueda por el bienestar propio se reduce a la competencia por la vida, creándose discrepancias de pensamiento, pero también divisiones sociales, que a su vez provocan inconformidad, protestas y que llevan a las personas a exigir sus derechos; cuando ellos no son escuchados, comienzan los levantamientos, a veces violentos, que provocan que el sistema mismo se vuelva aún más rígido y represor. Esta realidad cíclica del mundo futurista que presenta la historia es a veces un eco de las formas sociales como se organizan muchos sistemas de la sociedad actual, con todas sus fallas, errores y la forma incorrecta de proceder hacia sus propios ciudadanos, en la severidad de su propia organización con el pretendido ánimo de acabar con la inseguridad y la violencia, ocasionando sin embargo una espiral creciente de la misma por su negativa para cambiar, adaptarse y evolucionar.

Envuelta en un género de acción, ciencia ficción y comedia, como motores narrativos que llegan a quitarle seriedad al universo creado y reducir impacto a los temas que expresa en su historia, la película es una adaptación de los comics británicos de la revista “2000 AD”, donde aparece el personaje de “Judge Dredd”, creado por John Wagner y Carlos Ezquerra. Dirigida por Danny Cannon y escrita por Michael De Luca, William Whisner Jr. y Steve E. de Souza, el filme es protagonizado por Sylvester Stallone, Diane Lane, Rob Schneider, Max Von Sydow y Armand Assante.

Ficha técnica: El juez - Judge Dredd

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