EL RELATO QUE NARRA TU FELICIDAD
Por Gerardo de la Garza Ortega
Conferencista, Motivador y Director de MOTTIVARE
¡…con la fuerza de la palabra!
¡Hola! Mi amigo y distinguido lector, ¡qué gusto saludarte! Espero que tengas un día extraordinario y maravilloso. El día de hoy te quiero compartir una historia que hace reflexionar, a propósito de esta época navideña, ¡la más maravillosa del año!
Un turista que se encontraba de viaje, anduvo visitando algunos lugares pintorescos, de esos que se les llama “pueblos mágicos”, y la verdad, es que es cierto, porque en estos pueblos siempre uno encuentra una magia que se respira al recorrerlos.
Bueno, pues el caso es que por ahí andaba nuestro amigo turista, cuando sin querer y de un modo totalmente inesperado, se topa con el sabio del pueblo, a quien lo encuentra en una casita muy humilde, siendo el hombre de perfil sencillo, y de buen carácter e igual modo para tratar a la gente.
Se acerca el visitante, y le empieza a cuestionar algunos puntos, acerca de qué lugares le recomienda visitar, ya que está en ese pintoresco pueblo.
El sabio le conduce tomándolo del brazo, hacia la calle, le señala un monte pequeño, y le dice: Vaya a la cima de ese lugar, le llaman el cielo, ahí encontrará una cascada, la más hermosa que jamás haya visto en su vida, y de seguro hallará paz y tranquilidad para su mente y su corazón.
El viajero, aceptando el consejo del sabio del pueblo, y aprovechando su espíritu de andariego, la verdad… de curioso, y también, ¿por qué no? …de pensador, se echó a andar, con el objetivo de querer llegar al cielo.
Unas cuantas horas después de haber iniciado su caminata, se encuentra con ese lugar que el sabio le había indicado, y se dijo para sí: “Con razón le dicen el cielo a este lugar, ¡está precioso!”.
Estuvo unos momentos, disfrutando del sitio, tomó agua, volvió a llenar su cantimplora, y una vez habiendo gozado de su presencia en ese maravilloso paraje, tomó el camino de regreso, con el objetivo muy claro, de querer ir con el sabio para agradecerle el haberle recomendado ir a ese lugar tan especial.
Se acerca a la misma cabaña donde había hallado al sabio, mismo quien lo recibió con una sonrisa, y con los ojos ávidos de saber su apreciación del lugar que visitó.
A eso vengo, ilustre sabio, a agradecerle el que me haya compartido ese lugar tan distinto y tan peculiar, con razón le llaman el cielo. Perdone que le pregunte esto, pero “¿cómo puede ser tan feliz y vivir con tanta paz, si no tiene lujos, ni comodidades?
Y el sabio le contesta, con emoción en sus palabras, “yo he renunciado a las cosas terrenas en aras de gozar de tesoros infinitos, mientras que el resto del mundo renuncia a la felicidad a cambio de unas cosas del mundo que pronto terminan”.
El turista oyendo esto, se dijo, “ahora entiendo por qué lo consideran el sabio del pueblo”.
Aprovecha esta época, amigo lector, para pensar en esto, y descubre en ti mismo, en ti misma, ese tesoro que no hemos descubierto todavía, o quizás, no del todo, y empieza por sentir paz, tranquilidad, y una hermosa y profunda alegría.
Cuando contemples a tu Dios, reflexiona en ese tesoro.
Cierro como siempre, en mis programas de radio, en mis intervenciones en televisión, en los periódicos que me dan la oportunidad de escribir, que les estoy muy agradecido, en mis conferencias y en mis cursos…,
…y a seguir pataleando, ¡porque no hay de otra!
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