ERA UN REY, PERO NO DE CHOCOLATE…
Por Gerardo de la Garza Ortega
Conferencista, Motivador y Director de MOTTIVARE
¡Hola! ¿Cómo te va? Mi estimado amigo y distinguido lector. ¡Qué gusto saludarte! ¡Espero que tengas un día excelente y maravilloso! El día de hoy quiero compartirte una historia de un rey lejano, que le quiso pedir un consejo al sabio de su reino.
Un consejo para que bajo cualquier circunstancia que esté viviendo en la vida, siempre esté consciente del momento, que nunca se quebrante su felicidad, ni su entereza, ni se llegue a rendir, aunque los obstáculos sean muy firmes y muy fuertes, y que nunca caiga el desánimo ni la motivación.
Este sabio, conocedor del corazón y la mente humana, quiso ahondar en la belleza interior que tiene cada ser humano, y no dudó en lo absoluto, en darle una cajita de madera al rey, con algo misterioso que estaba en su interior.
El rey, curioso, le preguntó, qué había dentro. El sabio le respondió, que abriera la cajita, solo cuando se encontrara en alguna situación difícil y problemática.
El rey, escuchando la indicación de su sabio, se fue a descansar, llevando consigo la cajita que el sabio le había entregado, como respuesta a su solicitud.
Pasan algunos días, todo parecía estar en santa paz. Pero hete aquí, que un día, el reino fue invadido por un pueblo vecino que luchó en contra de las huestes militares de nuestro amigo, el rey.
En ese momento, ante el fragor de la batalla, recordó la cajita que le había dado el sabio, y fue corriendo a su cuarto, abrió la cajita y encontró un pequeño papel, con unas palabras que decían: “Esto también pasará”.
El rey, con la cabeza fría, que fue el resultado que le provocó leer el consejo de su sabio, supo actuar de inmediato como un buen estratega militar, dominó al enemigo, hasta que finalmente logró que se batieran en retirada, declarándose perdedores.
El rey, sabedor de haber ganado la batalla, juntó a los principales de su reino, los invitó a su palacio, para festejar en grande, la victoria obtenida.
Estaba el rey feliz, en la fiesta de celebración, cuando se le acerca el sabio, y muy sutilmente le dice unas palabras en el oído.
Esas palabras eran: “Esto también pasará”.
El sabio le había dado una gran lección a su rey, porque aún en situaciones difíciles, como en situaciones placenteras, todo pasa, sin denuedo y sin empacho.
Bajo cualquier circunstancia, todo pasa, bueno o malo, positivo o negativo, dulce o salado, alegre o triste, ganaste o perdiste, cualquier situación, la que sea, todo pasa…
Deja que el padre tiempo te sirva como un maravilloso médico que cura cualquier tipo de herida, sin importar la raíz, ni el origen de ella.
Cierro como siempre, mis artículos en los periódicos, mis intervenciones en televisión, mis programas de radio, mis cursos y mis conferencias…
…y a seguir pataleando, ¡porque no hay de otra!
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