Yo conocí al Santos Laguna prácticamente desde sus inicios, mi tío Jesús Mario Castrillón fue cercano al Club y después parte de él en su área administrativa, ese era el puesto de mi tío aunque a decir verdad en esos ayeres ante lo pequeño y limitado del Club veía a mi tío no sólo contar los dineros sino hacer prácticamente de todo. Los domingos mi papá y mis tíos se juntaban en mi casa para ver la tradicional jornada futbolera de medio día, después comíamos y terminando la sobremesa mi tío se tenía que ir al Estadio Moctezuma (el desaparecido viejo Corona) al juego en turno del Santos Laguna en ese entonces en la Segunda División. Me invitó muchas veces y fui con él en varias ocasiones, recuerdo equipos como el Bachilleres, el SUOO, Tecomán. La pasaba bien en el estadio que durante temporada regular lucía semi vacío, no así en las liguillas por el ascenso, fragorosas batallas en donde no pudo Santos conseguir el ansiado ascenso a primera división.
Se compró la franquicia de Ángeles de Puebla para poder jugar en el máximo circuito. Ahí mi cercanía con Santos Laguna creció. Los primeros asados y foto oficial del equipo fueron en Lerdo, en una quinta propiedad de mi Padre la cual facilitaba al equipo por el gran amor al futbol que siempre tuvo. Ahí conocí al Piojo Herrera, Panduro, Muñeco Armendáriz, etc... Hasta 1991 los asados del equipo fueron ahí, recuerdo que en uno de los últimos yo ya con más edad platiqué con Claudio Morresi sobre futbol argentino, mi pasión desde esa época y en ese entonces sin internet, ¡imagínese las joyas que me contó Claudio en esa charla! El humildemente jugó en River. Las anécdotas son muchas, darían quizá hasta para un libro. Años después mi Padre se alejó del club y yo con él, la razón era sencilla: el equipo empezaba a crecer y a no necesitar favores particulares, Grupo Modelo estaba por entrar de manera estelar al escenario.
La actividad que desarrollo en estos días me ha hecho otra vez estar cerca de Santos Laguna, esta vez de manera profesional. No deja de sorprender la manera monstruosa en que el equipo creció, aún con golpes mortales de los que muy pocos equipos se levantan como aquella época de Carlos Ahumada o el descenso salvado, esta es una institución que es campeón de liga cada seis años, se dice fácil pero léalo dos veces. Cheque cuánto duran algunos grandes sin ganar absolutamente nada y no lo digo para que le dé las gracias a nadie, lo digo para que se sienta siempre orgulloso de su equipo. Nada queda de ese Santos pequeño y entrañable que muchos vimos nacer, hoy el chavo ya creció y cumplió 33 años, los santistas de corazón se están adaptando a querer a su niño que ya creció enormidades y quizá por eso lo sienten a veces lejano, si, no los culpo. Este equipo sí es distinto, se propuso crecer y lo ha logrado. Crezca junto con él querido aficionado, no se aferre al pasado por más bello que haya sido.
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